“Tá
barato dame dos”
Durante el primer mandato
de CAP (1973-1979), el país fue conocido con el apodo de «Venezuela Saudita»
debido al flujo de petrodólares que ingresaron por la exportación del petróleo
venezolano como consecuencia del embargo árabe de crudo.
Una poderosa y masiva
clase media nació en Venezuela, y la población tuvo grandes oportunidades de
ascenso educativo, cultural, social y económico. Los precios del petróleo
subieron de 1,92 dólares por barril en 1970 a 4,42 en 1973 y 14,35 en 1974.
Venezuela cambió, y el venezolano, en líneas generales, adquirió nuevos hábitos
de conducta: Nos hicimos famosos en el extranjero por nuestro excesivo consumismo,
se repetían frases como “Tá barato, dame dos” y “la nevera está full”. Lamentablemente,
algunos otros repetían “no me den, pónganme donde haiga”.
La Fundación Gran Mariscal
de Ayacucho, que financiaba el 100% de las becas de postgrado para aquellos
profesionales universitarios que quisieran
estudiar en cualquier universidad del mundo, así como la creación del Sistema
de Orquestas juveniles Gran Mariscal de Ayacucho, la creación del Museo de Arte
Contemporáneo de Caracas, destacan entre los grandes aportes de su primer
gobierno solamente en el campo educativo-cultural, pero, creemos que su gran
legado fue la nacionalización de la industria petrolera y, posteriormente, la
del hierro, y, sobre todo, la creación de PDVSA considerada durante varias
décadas entre las mejores 10 empresas a nivel mundial, con la meritocracia como
uno de sus principales distintivos.
En general, la población
tuvo la oportunidad de comprar vivienda
y vehículos propios, viajar frecuentemente al exterior y dar calidad de
educación a sus hijos. Logró la incorporación al sistema de educación escolar formal
de los niños entre 6 y 11 años, y se crearon más de once instituciones de
educación superior.
Pero la deuda nacional
interna y externa paso de 8.434 millones de bolívares en 1973 a más de 100.000
millones de bolívares al final del quinquenio.
Su segundo mandato (1989-1993),
a diferencia del anterior, estuvo marcado por escándalos de corrupción que
culminarían con su separación del cargo, ante la declaración de procedencia de
antejuicio de mérito por parte de la Corte Suprema de Justicia, acusado de
malversación de fondos públicos y fraude a la nación, y la crisis social
manifiesta en el llamado “Caracazo”.
Uno de los programas sociales
más avanzados fue, en mi opinión, la beca alimentaria, aprobado para paliar las
consecuencias del programa de ajustes económicos en los sectores populares.
Cubría para El Universal la fuente de Educación y me tocó seguir este programa
desde sus inicios, y aunque hice muchas críticas de él –creo que
exageradamente- hoy puedo ver en frío
sus bondades.
Se pagaba un cheque mensualmente
a los padres o representantes de todas las escuelas ubicadas en zonas
populares, públicas o privadas, la única condición es que estuviera ubicada en
un sector populoso; a los niños se les daba el bulto con los útiles escolares y
el uniforme completo. No se exigió NUNCA filiación política de ningún tipo.
¿Las críticas? Que el
dinero era utilizado para comprar licores y jugar “terminales” y al 5 y 6. Sin
duda que los medios fueron implacables.
Tanto los escándalos de
corrupción, como el Caracazo y su “ruidosa” relación con Cecilia Matos, fueron
utilizados como argumento por Hugo Chávez y Hernán Gruber Odremán para dos intentos de golpe de Estado
el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992, respectivamente.
Al ser separado de sus
funciones por el Congreso Nacional el 21 de mayo de 1993 por el delito de
malversación de fondos públicos, se convirtió en el único presidente en
ejercicio en la historia del país, en ser destituido por una acción judicial.
El balance de sus dos
gestiones requeriría muchas cuartillas y miles de caracteres. Sin embargo, pese
a las obras faraónicas que programó en
su primera gestión -muchas de ellas se hicieron, cuestionadas o aplaudidas-, el
despilfarro de cuantiosos recursos, al punto de que al final de su mandato los
ingresos eran insuficientes para financiar los gastos públicos, sin dudas fue
el inicio de la etapa de la corrupción administrativa y de la aparición de
grandes fortunas, nacidas en menos de un lustro.
Su lema inicial: “manejar
la abundancia con criterio de escasez”, quedó como frase hueca.
Sin embargo, esta
situación no es comparable con los hechos actuales, aquí no se puede hablar de
corrupción administrativa sino de SAQUEO, todos recordamos las palabras de
Jorge Giordani -ministro de Planificación del gobierno de Hugo Chávez durante
muchos años-, en las cuales denunció la “desaparición” de más de 25 mil
millones de dólares nada más entre empresas de maletín y allegados del gobierno
chavista.
El programa de medidas
económicas emprendido por CAP para intentar revertir su desacertada política
económica anterior, conocido popularmente como paquetazo neoliberal, fueron
detonantes para el “Caracazo” o “sacudón”, que los chavistas consideraron la génesis del nacimiento de su movimiento y
la justificación de los fracasados intentos golpistas del año 92.
Continúa…
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