PORQUE A VECES EL PERIODISMO SE ROZA CON LA HISTORIA

jueves, 17 de diciembre de 2015

La historia los reinvindicará (IX de X)

El Señor Toronto
El gobierno de Luis Herrera Campins sí lo cubrí, y de cerca, desde el propio palacio de gobierno. Creo que ha sido subestimado como consecuencia de su enfrentamiento a los poderosísimos editores y medios de comunicación de la época.
Conocido popularmente por varios “motes” fue el de “Toronto” el más usado, por su afición a esta golosina venezolana elaborada con chocolate y avellana.
Su gestión presidencial fue efectiva, discreta y sobria, especialmente su política internacional, particularmente la realizada en Centroamérica, cuya situación de violencia política amenazaba a esos países y sus vecinos, y la cual ayudó realmente a mejorar.
¿Su gran falta? Devaluar el bolívar al final de su mandato, hecho conocido como el “viernes negro”, la justificación dada por sus voceros fue que la fuga de divisas había desangrado el país, pero las consecuencias aún las vivimos.
Como persona de una sencillez, humanidad y sobriedad ejemplar, de él se hicieron muchas bromas, incluso burlas, estimuladas por algunos medios de comunicación social, que en principio lo enfrentaban desde el Bloque de Prensa y luego desde el Consejo de los Medios que él, irónicamente llamó el “Consejo de los Reales”.
Abrió el Palacio de Miraflores para que, en visitas guiadas, la colectividad conociera personalmente la sede del gobierno; creó las audiencias presidenciales, las cuales atendía personalmente cada lunes en la “Casa de Misia Jacinta”, destinadas a atender problemas planteados por sectores populares.
Los periodistas nunca estuvimos mejor atendidos en Palacio. Allí, en el edificio administrativo, funcionaba una enorme sala de prensa –“Jesús Lossada Rondón”- en la cual cada corresponsal tenía su propio cubículo dotado de todo lo necesario para realizar su trabajo; los reporteros teníamos acceso a casi todas las dependencias, podíamos almorzar en el comedor del personal administrativo; tropezábamos con él con frecuencia en los pasillos y, cosa rara!!: la Casa Militar fue bastante flexible, a pesar de las constantes quejas que los periodistas hacíamos por la actuación de los uniformados y civiles que la conformaban. Se acordó así que ambas partes nos reuniéramos semanalmente para almorzar juntos y cordializar, nos dieron carnets especiales para comprar en los almacenes militares, y LHC ofrecía una rueda de prensa semanal; por supuesto, estábamos incluidos en las numerosas visitas de Estado que realizó a otros países.
Su sencillez y trato cordial lo mostraban como una persona de buen humor, siempre dispuesto al chiste y las frases jocosas como “Tarde piaste pajarito”; acostumbraba detener la discreta caravana presidencial para comer unas empanadas en algún quiosco de cualquier calle caraqueña.
Muchas veces lo vi desde el balcón de mi apartamento en la Urb. La Florida, cuando descendía de su carro para tratarse con un odontólogo que mantenía su modesto consultorio frente a nuestro edificio.
Solía usar sólo dos corbatas, y decía que eran suficientes “siempre que fueran del color de los ojos de su amada”. Igualmente, sus fluxes, y el traje tipo “safari”, moda que impuso entre el público masculino.
Pero los medios sólo se ocupaban de la parte negativa de la gestión gubernamental, quizás a raíz de una de las más costosas sanciones que se le hayan aplicado hasta ese momento, prohibir la publicidad de licor y cigarrillos, dos multimillonarias industrias, que redundó en pérdidas enormes para los medios, con eso cualquiera se gana ojeriza.
Después de entregar la presidencia de Venezuela, se alejó de la vida pública (si bien en 1995 resultó elegido por consenso como presidente de COPEI). Muere pobre en la ciudad de Caracas el 9 de noviembre de 2007, a los 81 años de edad, debido a una enfermedad renal y diabetes que lo aquejaron durante sus dos últimos años de vida. Requirió de la colaboración económica de sus allegados para costear el tratamiento de sus dolencias.
De lo que se puede resumir de su gestión, destaca:
Fue un período donde se completaron importantes obras de infraestructura, por ejemplo: el complejo Parque Central, el Teatro Teresa Carreño, la primera fase de la línea 1 del Metro de Caracas, el Estadio Brígido Iriarte, el Parque Naciones Unidas en el cual quedaron inaugurados los IX Juegos Panamericanos de 1983, el inicio de la Autopista a Oriente, el impulso del agro, el monumento a la Virgen de la Paz, etc.
Impulsó la reforma del Código Civil y de la Ley de Educación.
Creó el Ministerio de Estado para el Desarrollo de la Inteligencia a cargo de Luis Alberto Machado, programa desestimado en Venezuela pero que sin embargo se aplica exitosamente en otros países, como México, por ejemplo.
Autorizó las emisiones de televisión a color.
Autorizó el suministro del Lactovisoy, fórmula alimenticia complementaria para niños, especialmente en edad escolar, que contiene proteína de soya, leche, harina de arroz pre cocida, vitaminas y minerales. Esta fórmula es más barata que la leche y contiene ingredientes que no están en  ella. Registrada por el Instituto Nacional de Nutrición, es fácil de transportar y de envasar porque es un producto en polvo.
Los precios del petróleo llegan entre 1980 y 1981 a niveles nunca antes vistos, pasaron en ocasiones de los 30 dólares por barril, debido a la Guerra Irak-Irán y la política de bloqueo que realizaron los países árabes contra los Estados Unidos y otros países occidentales.
No obstante los inmensos ingresos provenientes de la explotación petrolera, el país vio aumentar su deuda externa, la cual había sido elevada ostensiblemente durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Las presiones para el pago de la deuda externa produjeron la devaluación del Bolívar. Desde el llamado «Viernes Negro» en febrero de 1983, hasta fines del gobierno del presidente Herrera Campins, la devaluación del Bolívar (Bs. 4,30 por dólar) osciló entre Bs. 12 y Bs. 15 por dólar.
Suprimió toda publicidad audiovisual por radio y televisión dirigida a promover el consumo de cigarrillos y bebidas alcohólicas, medida que redujo a largo plazo la incidencia de tabaquismo en la población, pero le ganó una fuerte oposición entre los dueños de los medios de comunicación social.
Durante el conflicto de Las Malvinas mantuvo una posición firme contra la intervención inglesa. Incluso, giró instrucciones a sus embajadores en Francia y Alemania para que declararan que Venezuela estaba reconsiderando la compra de equipos militares por cuatro mil millones de dólares.

Continúa…

No hay comentarios:

Publicar un comentario