Aunque todavía es
temprano, hay que comenzar a plantear la conveniencia de que sea revisado el
rol jugado por los presidentes de la República durante el periodo democrático
de Venezuela, pero sobre todo reivindicado, después de casi 20 años de críticas
y cuestionamientos, las cuales, en su mayoría, dieron origen al “Caracazo” y al
desprestigio de los partidos políticos, sus líderes, y respectivas gestiones.
Sin pretender comparar las
últimas casi dos décadas de gobierno auto proclamado del Siglo XXI -¿O del
siglo XIX?- los méritos obtenidos y perseguidos por esta dirigencia, palidecen
ante las obras y legado de sus predecesores, ostensiblemente mayores, si bien
el presidente Chávez tuvo una proyección internacional más amplia y contó con
muchísimos más recursos económicos que cualquier otro en la historia.
Esta vez voy a recordar
algunos hechos que me vincularon como periodista a estos líderes, lo cual me dio la oportunidad de verlos muy
de cerca y observar su accionar desde las entrañas del Palacio de Miraflores.
LA
ETAPA BLANCA
“El
padre de la democracia”
Debo aclarar que a Rómulo
Betancourt no lo conocí en su condición de Presidente de la República, sino de
ex presidente, cuando vino a Venezuela desde Suiza para asistir a la Convención
de su partido, Acción Democrática, que designaría a Luis Piñerúa Ordaz candidato presidencial, en oposición al
abanderado de Copei, Luis Herrera Campins, a quien no logró derrotar en esa
contienda del año 78.
Esa actividad reporteril
significaba prácticamente mis inicios en el periodismo escrito, pues había
hecho mi “debut” como reportera en Radio Tiempo.
Recuerdo muy bien la
expectativa generada por Betancourt entre los avezados reporteros de la fuente
política, y yo, como corresponsal del diario El Impulso, debía cubrir desde mi
condición de novata.
Los colegas no podían
disimular su excitación por obtener las respuestas del anciano demócrata.
En El Impulso destinaron una
página completa tamaño estándar a mi reseña, y no olvido el título de 8
columnas que el diario le dio: “Betancourt dice que Piñerúa no es doctor pero
será Presidente”, por supuesto no me gustó, estoy segura que mi titular fue
diferente, pero no lo recuerdo ahora.
En 1981 me correspondió
cubrir los actos mortuorios del llamado Padre de la Democracia, luego de la traída de sus restos mortales
desde Berna a Caracas, donde se le rindieron honores, al estilo de la “IV
República”.
Un repaso en frío permite
apreciar que Betancourt fue un demócrata a carta cabal, un político ejemplar y
fruto de ello es la creación de Acción Democrática, llamado durante mucho
tiempo el “partido del pueblo” y considerado por décadas como el primer partido
venezolano; un luchador desde su época juvenil-estudiantil por la defensa de
los lineamientos democráticos en Venezuela y en el Continente, lo que inspiró
la llamada Doctrina Betancourt.
En sus orígenes, la gente
calificaba a AD como un partido comunista, pero fue evolucionando hacia la
socialdemocracia y llegó a presidir la
Internacional Socialista. Tuvo excelentes cuadros técnicos y profesionales, líderes
que pensaban en el país y que aportaban soluciones en las áreas para las que
estaban calificados, de la talla de Leonardo Ruiz Pineda (asesinado durante la
dictadura de Pérez Jiménez), y el poeta Andrés Eloy Blanco, por mencionar sólo
algunos.
AD se opuso con vehemencia
al gobierno del General Pérez Jiménez.
El partido blanco tuvo en Betancourt
a un líder que sentó las bases de lo que sería conocido como el Pacto de Punto
Fijo y que enfrentó a las guerrillas comunistas en la época de la lucha armada.
Luego de la cárcel y el destierro,
es electo Presidente de la República. Su gobierno se caracterizó por la
inestabilidad social y política que generaron agrupaciones de ultraizquierda,
algunas de ellas tomaron las armas y se convirtieron en guerrilla urbana y
rural para enfrentarlo. Resistió varios intentos de golpe de Estado, incluso un
atentado en el que él sufrió serias lesiones, y perdió la vida su jefe de Casa
Militar.
Su gobierno se caracterizó
por una apertura a la estabilización de la democracia venezolana, la
promulgación de una nueva Constitución (1961), la reforma agraria, el
desarrollo de la industria petrolera en Venezuela con la creación de la Opep y
el papel jugado en esa organización por su ministro Pérez Alfonzo, la fuerte
inversión en el sector educativo y el cese de relaciones con gobiernos ilegítimos
o dictatoriales del mundo.
Al entregar el mando, se retiró
de la política partidista, se negó a la reelección y a cualquier cargo público,
y se residenció en Suiza, donde vivió hasta su muerte en 1981.
El fin de su período
presidencial en 1964 fue el inicio de una era de gobiernos democráticos. En la
actualidad, algunos historiadores venezolanos denominan a Betancourt como el
padre de la democracia venezolana.
Como Presidente de la
Junta Revolucionaria de Gobierno en 1945 se lograron muchos avances políticos,
como el voto de las mujeres y los analfabetos, la elección directa del
presidente de la república y el Congreso Nacional, y la reducción de la edad
para el voto de 21 a 18 años, con los cuales se logró la elección del primer
ciudadano con total legitimidad popular como lo fue Rómulo Gallegos en 1947.
Continúa…
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