...Y PARA QUEDARSE
Hasta hace poco más de una década, muy pocos venezolanos podían imaginar que tuviéramos a Rusia no solo como un país aliado sino como alguien que merodea en nuestro "patio trasero". Gracias a Chávez, el "hermano" Putín es señalado de participar, y hasta decidir, en asuntos de interés nacional.
Pero esto se está extendiendo en Latinoamérica, donde los ellos han decidido expandir su influencia y hacerse sentir.
En estos planes no sólo tuvieron el apoyo de Chávez, sino que -pudo leerse en numerosas informaciones vía Internet- hasta Donald Trump es su aliado. Incluso se publicaron fotos de ambos, en poses muy amigables y hasta se llegó a comentar que el ruso ayudó al magnate estadounidense a ganar las elecciones.
Gustavo Azócar, excelente periodista venezolano, hizo un minucioso recuento y seguimiento de todas estas informaciones, y las publicó en este artículo que colocamos aquí a continuación. No dejen de leerlo, porque el colega tachirense anticipa que los rusos tendrán injerencia y manipularán en las elecciones presidenciales que se anuncian en Venezuela
En Las Presidenciales De Venezuela 2018
Rusia podría meter sus manos en las elecciones
presidenciales venezolanas convocadas para el primer cuatrimestre de 2018 por
la ilegal e inconstitucional Asamblea Nacional Constituyente. Los intereses de
Rusia en Venezuela no son solamente económicos. Son también políticos e
ideológicos. Esta nación suramericana, poseedora de las más grandes reservas de
petróleo del mundo, tiene un valor especial dentro del plan estratégico
concebido para ampliar la influencia mundial de Vladimir Putin. Los rusos harán
todo lo que consideren necesario para mantener a Venezuela como un aliado y
alejar a este país caribeño del radio de acción de Estados Unidos.
Los rusos que trabajan para Vladimir Putin tienen mucha
experiencia en meter sus narices en las elecciones presidenciales de otros
países. Ya lo hicieron en Estados Unidos, donde informes presentados por varias
agencias de seguridad e inteligencia, incluyendo la CIA, aseguran haber
comprobado la intervención rusa en los comicios que ganó Donald Trump en 2016.
Las investigaciones dan cuenta que un grupo ruso de hackers autodenominado The
Dukes, accedieron a una gran cantidad de información tanto del partido
demócrata, la cual utilizaron para bombardear la campaña electoral de Hillary
Clinton, influir en el ánimo de los
electores e incidir en el número de colegios electorales que dio a Trump la
victoria.
Michael Flynn, uno de los colaboradores más cercanos de
Donald Trump, cuyo nombre estuvo en la lista de precandidatos a la
vicepresidencia, declaró que va a colaborar con el fiscal especial que
investiga la trama rusa, Robert Mueller. Flynn, un teniente general de las
Fuerzas Armadas Norteamericanas, corre peligro de ser encerrado en una prisión
federal de EEUU. Flynn podría pasar al menos 5 años en prisión por mentir al
FBI. O hasta podría quedarse encerrado en una celda de por vida por traición.
El ex asesor de Trump tiene mucho que decir a las autoridades norteamericanas
sobre sus conversaciones con el entonces embajador ruso en EEUU, Sergei
Kislyak, y la misteriosa participación de los rusos en las elecciones que
dieron ganador al magnate norteamericano.
Los hackers de Vladimir Putin también intervinieron en
los recientes sucesos ocurridos en Cataluña, España. Un estudio realizado por
el Real Instituto Elcano titulado La guerra de la información de Rusia en
Cataluña considera que la presencia rusa en el conflicto que pretendía dividir
a España está más que comprobada y que la misma se dio como la combinación
(“kombinaciya”), de un tipo de operación que integra diversos instrumentos:
“ciberguerra, ciberinteligencia, desinformación, propaganda y colaboración con
actores hostiles a los valores de la democracia liberal”.
El estudio señala que mientras en los conflictos de
Siria y Ucrania la acción rusa ha consistido en combinar fuerza militar con
guerra de información, en los países occidentales los rusos actúan de otra
forma un poco más sutil, por cuanto su objetivo es “ganar influencia y no
territorios“. La estrategia rusa utilizada en EEUU y España es un arma poderosa
en estos tiempos de globalización: es la guerra de la información. Como dato
adicional hay que agregar que el informe sobre la crisis de Cataluña también
menciona la participación de hackers que activaron sus dispositivos desde
territorio venezolano.
Pero los rusos no solamente se han metido en EEUU y
España. Las ansias de poder de Vladimir Putin son tan grandes, que su gobierno
ha decidido ir un poco más allá. La presencia rusa en América Latina ha sido
advertida por analistas políticos e investigadores en México, donde al parecer
hay todo un equipo dando apoyo logístico y asesoría al candidato socialista
Andrés Manuel López Obrador, quien aparece como favorito en casi todas las
encuestas de opinión. Los rusos también han sido detectados en Colombia, donde
al parecer, tienen mucho interés en que el Presidente que suceda a Juan Manuel
Santos, sea de tendencia izquierdista, revolucionaria y socialista, de manera
de no poner en riesgo los acuerdos firmados con las autodenominadas Fuerzas
Armadas Revolucionarias de Colombia, FARC.
Frank Mora, profesor de la Universidad Internacional de
la Florida, y ex subsecretario de defensa de Estados Unidos, fue el primero en
advertir el año pasado el interés que tienen los rusos no solamente en las
elecciones de Colombia y México, sino también en otros comicios que tienen
previsto celebrarse este año 2018 en al menos seis países de América Latina,
entre ellos, Venezuela. Mora dijo poseer información de primera línea que
confirma sus sospechas de que los rusos están tramando hacer algo en los procesos
electorales que se desarrollarán en varios países latinos este mismo año.
Para decirlo en términos coloquiales, los rusos se
están metiendo en el patio trasero de Estados Unidos. Y lo están haciendo de
forma descarada y sin ningún tipo de pudor, porque cuentan, de algún modo, con
la complicidad y el silencio del gobierno de Donald Trump, quien como ya se
sabe, parece haber recibido una gran ayuda por parte de Vladimir Putin en los
comicios celebrados en 2016, los cuales ganó gracias al trabajo sucio que
hackers rusos hicieron en las cuentas de correo electrónico de altos líderes
del partido demócrata, entre ellos, John Podesta.
Putin logró meter sus manos en las elecciones de
Estados Unidos, que se supone, son los comicios más vigilados del mundo. Cabría
preguntarse: ¿Podrá hacer lo mismo en México, Colombia, Brasil y Venezuela? La
respuesta es sí. Tiene la tecnología, el dinero y el personal capacitado para
hacerlo. En el caso concreto de Venezuela, hay un montón de poderosas razones
por las cuales Rusia hará todo cuanto sea necesario para ayudar a Nicolás
Maduro a mantenerse en el poder cueste lo que cueste.
Basta con recordar que el Kremlin respaldó la
instalación de la Asamblea Nacional Constituyente electa de manera fraudulenta
el 30 de julio de 2017 y criticó a los países que cuestionaron o no
reconocieron los resultados de la votación. Rusia fue uno de los pocos países
que dio su visto bueno a la Constituyente Cubana que desde agosto de 2017 ha
venido ejerciendo el poder en Venezuela, violando la Constitución, y en
detrimento de poderes públicos electos por la mayoría de los venezolanos, como
lo es la Asamblea Nacional
El editor del servicio de BBC Rusia, Famil Ismailov,
dijo que “Rusia ve lo que pasa en Venezuela como otro esfuerzo por provocar una
revolución de color, como las de Ucrania y Georgia, y por eso va a apoyar a
Maduro y al gobierno venezolano hasta el final”. Ismailov señala que Rusia
puede apoyar al gobierno de Venezuela, con
“una reestructuración de su deuda o, en el mejor de los casos, su
condonación a cambio de un mayor acceso para las empresas rusas“.
María Teresa Romero, profesora y analista
internacional, publicó un artículo en el que señala que “la Rusia de Putin ha
venido acercándose cada vez más a Venezuela desde tiempos de Hugo Chávez, con
quien compartió, además, afinidades ideológicas. Hoy por hoy, Rusia es un
importante socio petrolero de Venezuela. A través de la estatal rusa Rosneft ha
firmado numerosos acuerdos para explotación de petróleo y gas”.
Romero dice que Nicolás Maduro, a raíz de sus
cuantiosos problemas económicos ocasionados por la corrupción y la merma en sus
ingresos petroleros, “debió recurrir a financiamiento ruso, para lo cual puso
como garantía la mitad accionaria de la empresa venezolana Citgo, asentada en
los Estados Unidos”.
Romero dijo asimismo que “Rusia otorgó recursos a PDVSA
a cambio de elevar la composición de acciones en la empresa mixta Petromonagas
(…) Todo ello sin mencionar las compras de armamento ruso por parte del régimen
de Maduro, lo que permite hacerse una idea de los cada vez mayores intereses
del gobierno de Putin en Venezuela y por qué el país está jugando un importante
rol en la geopolítica internacional”.
EL APOYO MILITAR RUSO A VENEZUELA
Los rusos han dado todo tipo de apoyo militar al
gobierno de Nicolás Maduro Moros. Tras participar en los actos conmemorativos
del 70 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Rusia y
Venezuela, que tuvieron lugar en Caracas el pasado 8 de junio, el ministro del
Poder Popular para la Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino López, dijo que
“Rusia es una potencia mundial en el campo industrial, militar, científico y
desde el año 1957, una potencia espacial. Pienso que el comandante Hugo Chávez
tuvo una visión certera de las relaciones diplomáticas que se habían iniciado a
finales de la Segunda Guerra Mundial, y vio a Rusia como un aliado estratégico,
no solamente por su historia sino también por sus líderes”.
Padrino López aseguró que “la voz de Moscú se ha hecho
escuchar en los últimos años y eso dice mucho de su liderazgo, de su
posicionamiento estratégico y de la visión global que tiene del planeta. Así
que tanto el presidente Hugo Chávez, como el actual, Nicolás Maduro, fueron muy
certeros en hacer una alianza estratégica con Rusia, y en establecer una
hermandad en torno a esta alianza”.
El ministro de la defensa dijo que Venezuela y Rusia
empezaron “con una relación técnico-comercial y técnico-militar que
principalmente consistía en que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana fue
equipada con modernos sistemas fabricados en Rusia. Por eso hoy podemos hablar
de la Fuerza Armada “antes de Hugo Chávez” y la de “después de Hugo Chávez”,
con la que Rusia tiene mucho que ver”.
Más adelante explicó que los rusos dieron a Venezuela
“un equipamiento nuevo que nos ha permitido fortalecer el aparato militar de la
Fuerza Armada. Además, hay mayor nivel de cooperación en el ámbito estratégico
y educacional. En este momento tenemos más de 65 oficiales preparándose en
Rusia y tres cadetes en las academias militares rusas. Eso quiere decir que
esta relación se va a ir incrementando no solamente en el campo militar sino
también en el civil”.
BASES MILITARES RUSAS EN VENEZUELA
Medios rusos indicaron el interés que tiene el gobierno
de Vladimir Putin en instalar bases militares en la república Bolivariana de
Venezuela. Fuentes militares venezolanas informaron que existe un acuerdo entre
el gobierno de Putin y Maduro para aumentar la presencia militar rusa en
Venezuela en los próximos años. Ese acuerdo no ha sido presentado al país de
manera oficial, entre otras cosas, porque requiere el apoyo y la aprobación de
la Asamblea Nacional, dominada por la oposición. Pero con la instalación de la
fraudulenta Asamblea Nacional Constituyente, en agosto de 2017, el acuerdo para
instalar bases militares rusas en territorio venezolano podría ser un hecho en
el corto plazo, sobre todo si se concreta la aspiración de Nicolás Maduro de
ganar nuevamente la presidencia de la República en elecciones previstas para el
primer cuatrimestre de 2018.
La excusa que tendrá la fraudulenta Asamblea Nacional
Constituyente para dar luz verde a la instalación de las bases militares rusas
en territorio venezolano, es la presencia de bases militares norteamericanas
en la vecina Colombia. Un acuerdo
suscrito entre el gobierno colombiano y el norteamericano, permite que las
tropas de EEUU puedan hacer uso de las bases militares de Malambo, Atlántico;
Palanquero, en el Magdalena Medio; Apiay, en el Meta; las bases navales de
Cartagena y el Pacífico; y también, el centro de entrenamiento de Tolemaida y
la base del Ejército de Larandia, en el Caquetá.
El gobierno de Nicolás Maduro ha afirmado en diferentes
oportunidades que el gobierno de Estados Unidos tiene planes para invadir a
Venezuela, y que esa supuesta invasión se haría precisamente desde las bases
militares de EEUU en Colombia. Gracias a este argumento, que por cierto no
tiene ningún tipo de fundamento ni comprobación, la administración de Maduro
daría luz verde a la instalación de bases militares rusas en territorio
venezolano, argumentando que se hace como un mecanismo de seguridad y defensa
de la soberanía.
El periódico ruso estatal Rossiskaya Gazeta señaló que
Rusia quiere bases en Venezuela, Nicaragua, Singapore y la República de las
Seychelles. Serguéi Shoigú, ministro ruso de Defensa, quien visitó Venezuela en
febrero de 2015 y luego en abril de 2017, anunció que Rusia busca ampliar sus
bases militares y que conversa con varias naciones al respecto. Nombró a
Venezuela y explicó que ya están cerca de firmar los acuerdos.
“Planeamos aumentar la cantidad de las BASES MILITARES.
Además de Vietnam y Cuba, planeamos ampliar su número con otros países como
Venezuela, Nicaragua, islas Seychelles y Singapur” señaló Shoigú.
EL PODER DE ROSFNET EN VENEZUELA
La influencia de Rusia en la toma de decisiones por
parte del gobierno de Venezuela ha sido posible no solamente por el apoyo que,
en materia de equipos bélicos y de guerra, ha vendido la administración de
Vladimir Putin al gobierno de Nicolás Maduro. Rusia ha salvado al menos en tres
oportunidades al gobierno socialista de Venezuela, al impedir que éste caiga en
default, aportando dinero a través del
gigante petrolero Rosfnet, en los negocios que tienen que ver con petróleo y
que maneja directamente Pdvsa.
El viceministro ruso Serguéi Riabkov dijo recientemente
que Venezuela es uno de los “socios clave” y un “aliado estratégico” de Rusia
en América Latina. Riabkov recordó que además de empresas rusas de armamento y
energía, hay muchas otras corporaciones rusas con una presencia destacada en el
país, sobre todo en el área energética y petrolera.
La petrolera Rosneft ha invertido muchísimo dinero en
el país durante los últimos diez años. En octubre de 2017, Maduro e Igor
Sechin, presidente de la petrolera rusa, firmaron un nuevo acuerdo para
impulsar una inversión que en total ronda los 20.000 millones de dólares en
proyectos petrolíferos en la faja petrolífera del Orinoco. Rosneft planea
transportar petróleo venezolano a la refinería Essa Oil, situada en la ciudad
india de Vadinar.
Un reportaje publicado en El Confidencial de España,
sostiene que Rusia “maneja los hilos del país (Venezuela) y se adueña del
futuro a golpe de chequeras y préstamos”.
Caracas firmó un acuerdo para reestructurar su deuda con
Rusia, un pago de 3.200 millones de dólares frente a una deuda total que puede
estar en torno a los 150.000 millones de dólares entre lo que debe la República
y PDVSA. En medio de la tormenta, los rusos parecen ser los únicos que apuestan
por el Gobierno de Nicolás Maduro.
El Confidencial habla del control de Rusia sobre el
petróleo venezolano a través de Rosneft, lo cual está haciendo que aumente su
fuerza en América. La petrolera estatal rusa revende cerca de 225.000 barriles
por día venezolanos, lo que equivale al 13 por ciento de las exportaciones
totales del país sudamericano, según datos de Reuters.
En abril de 2017, Rosneft dio 1.000 millones de dólares
a PDVSA a cambio de petróleo. En agosto de ese mismo año, aseguró haberle
prestado un total de 6.000 millones de dólares. Según la agencia Reuters,
Venezuela ha utilizado en varias ocasiones el dinero ruso para evitar
incumplimientos con tenedores de su deuda y calcula la entrega total de por lo
menos 17.000 millones de dólares desde 2006, en base a los préstamos y líneas
de crédito anunciados por el Gobierno.
Un hecho que muestra a la vez la importancia y
presencia de Rosneft en Venezuela y el compadreo político entre ambos países,
fue la inauguración de un gimnasio cubierto y una estatua de 6 metros de Hugo
Chávez en Sabaneta, la ciudad natal del presidente fallecido, con la presencia
de Maduro e Igor Sechin, director ejecutivo de la petrolera rusa. Las obras
salieron del bolsillo de Rosneft, como obsequio.
El gobierno de Nicolás Maduro planeaba en 2016 firmar
varios acuerdos financieros con Rosfnet. Maduro necesita con urgencia dinero
fresco para poder hacer frente a las crecientes demandas sociales y económicas
que había en Venezuela. Pero no pudo hacerlo porque esos contratos de carácter
internacional requieren la aprobación de la Asamblea Nacional. Esa fue una de
las tantas razones por las cuales el TSJ declaró en desacato a la AN y fue el
detonante para convocar la elección de la Asamblea Nacional Constituyente en
agosto de 2017.
Con el apoyo del Tribunal Supremo de Justicia, Maduro
logró burlar la obligación constitucional de que el Parlamento aprobara los
acuerdos de interés estratégico nacional para el país, entre estos, los
convenios petroleros. Los diputados opositores se habían negado a firmar nuevos
contratos con Rusia. Con las sentencias del TSJ, se daba potestad a Maduro para
hacerlo él solo. El camino quedaba abierto para Rosneft.
Rusia se ha convertido de algún modo en el respirador
artificial que mantiene con vida al gobierno de Maduro. En los últimos tres
años, Rusia le ha proporcionado 10.000 millones de dólares en asistencia
financiera al gobierno de Caracas. El año pasado, Rosneft adquirió una
participación del 49,9 por ciento en Citgo, la filial de la petrolera estatal
venezolana en USA. Eso representaba la garantía de un préstamo de 1500 millones
de dólares para Petróleos de Venezuela, PDVSA. Rosneft está negociando para cambiar
su participación en Citgo por la explotación exclusiva de varios campos
petrolíferos de Venezuela.
El préstamo adquirido en diciembre por PDVSA a cambio
del 49,9% de Citgo Holding Inc, la empresa refinadora de Pdvsa en Estados
Unidos evitó que el gobierno de Maduro fuera declarado en default. La
compradora según una declaración del Código Comercial Uniforme (UCC) de
Delaware publicado por Redd Intelligence sería la rusa Rosneft.
Los problemas financieros han agobiado a Maduro desde
2013 hasta nuestros días. La galopante corrupción y la baja en los precios del
petróleo le dejaron la chequera vacía. El gobierno de Venezuela dejó de
cancelar -en septiembre de 2016- una deuda por concepto de préstamo contraído
con Rusia. El monto en mora es de $ 955 millones, señaló la Cámara de Auditoría
rusa en un documento difundido.
El incumplimiento de las obligaciones del gobierno
venezolano tuvo como consecuencia una disminución del presupuesto ruso, de
acuerdo con la información reseñada por Reuters. “Venezuela no ha cumplido con
sus obligaciones desde septiembre de 2016 bajo el protocolo intergubernamental
ruso-venezolano, una enmienda a un préstamo ruso otorgado en diciembre del 2011
al país caribeño”.
Según el protocolo, Venezuela debía a Rusia $ 2.840
millones a septiembre de 2016 e incluía deuda vencida e intereses. Rusia
publicó el documento a propósito de la revisión del presupuesto estatal para el
periodo 2017-2019.
Venezuela estaba al borde del incumplimiento de los
pagos de su deuda, pero Rusia le lanzó un salvavidas. El ministro ruso de
Finanzas, Anton Siluanov, anunció que ambos países acordaron la
reestructuración de aproximadamente 3000 millones de dólares en préstamos del
Kremlin.
“Resulta claro que los venezolanos han buscado ayuda en
todas partes y, en este momento, Rusia es su fuente más viable de
financiamiento”, dijo Risa Grais-Targow, directora para América Latina de
Eurasia Group, una firma de análisis de riesgo.
Esta es la tercera vez en un año que Rusia ha aceptado
ayudar a Venezuela por sus problemas financieros. Y sus préstamos al gobierno
de Maduro forman parte de una estrategia mundial que utiliza a Rosneft, la
petrolera estatal rusa, para ayudar a alcanzar los objetivos de política
exterior del gobierno de Vladimir Putin.
Así las cosas, es poco menos que impensable que Rusia
no tenga especial interés en las elecciones presidenciales que han sido
convocadas, de manera ilegal e inconstitucional, por la Asamblea Nacional
Constituyente controlada por Maduro para el primer cuatrimestre de 2018.
Con toda seguridad, The Dukes, los hackers rusos
controlados y pagados por Vladimir Putin, ya deben estar trabajando, desde hace
mucho rato, en el plan ruso para mantener el control sobre Venezuela.
De hecho, aunque muchos no lo crean, The Dukes ya hicieron
su primer gran trabajo en territorio venezolano. Fue el 30 de julio de 2017, el
mismo día que se hicieron las elecciones para la ilegal y fraudulenta Asamblea
Nacional Constituyente. Ese día, según declaró el Director Ejecutivo de
Smarmatic, Antonio Mugica, las máquinas de votación fueron misteriosamente
alteradas y eso hizo que de la noche a la mañana aparecieran un millón de votos
que nadie sabe exactamente de dónde salió.
En realidad no hacía falta alterar las máquinas y mucho
menos hackear el sistema electoral venezolano. El oficialismo estaba
participando solo en esa elección. La oposición decidió no participar para no
convalidar el fraude. Pero cómo había que hacer una prueba de campo en tiempo
real, la prueba se hizo y resultó todo un éxito.
Los hackers rusos probaron no solamente que pueden
alterar el resultado electoral en Estados Unidos. También lo probaron en
Venezuela. Ahora están listos para intervenir en México, Colombia, Brasil y
cualquier otra elección en algún país donde los intereses estratégicos y
financieros de Vladimir Putín así lo requieran.
SC. 27 de enero de 2018
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