Antes de que se cumplan los 15 días de muerto José Luis Armenteros, quiero reponer un reportaje que escribí el domingo 3 de agosto de 2008 en el diario El Carabobeño sobre José Luis Armenteros, uno de los compositores de la canción Venezuela, junto con Pablo Herrero, melodía considerada como un segundo himno nacional.
Lo repongo porque contiene aún información inédita, la cual no fue reseñada con motivo del deceso del compositor español.
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La vena creativa no conoce de fronteras
Dos canciones, dos himnos
Thamara Nieves
Compositores de
“segundos himnos”de Venezuela y España, no conocían esos países cuando crearon
los populares temas: “Y viva España” y “Venezuela”, composiciones que reflejan
fielmente cada una de estas naciones
Dos canciones son
consideradas, cada una respectivamente, como el segundo himno nacional en
España y Venezuela y, sin embargo, ninguno de los compositores conocía esas
naciones al momento de crearlas: Y viva España” y “Venezuela”.
Un tercer caso, no tan
extendido quizás pero no por eso menos representativo, es el de “Granada” del
mexicano Agustín Lara, quien no había visitado suelo hispano cuando hizo su
hermoso pasodoble.
La explicación de cómo
una simple canción puede conmover a millones de personas al mismo tiempo la dio
recientemente “Y viva España”, durante los juegos de la selección española en
la Eurocopa, muy especialmente el día de su regreso a Madrid, luego de obtener
el gallardete, cuando de muchas gargantas del mundo iberoamericano o
latinoamericano, como se prefiera, salieron esos versos al unísono. Sus
compositores son holandeses.
En el caso de la
canción “Venezuela”, sus autores son españoles, José Luis Armenteros y Pablo
Herrero. Para las nuevas generaciones de venezolanos se trata de su segundo
himno nacional, desplazando, incluso, a nuestro clásico y universal “Alma Llanera”.
Es decir, la vena creativa no conoce de fronteras y supera la imaginación, como
se dice: No hay que ver a Dios para presentir su presencia.
Ojos que no ven,
corazón que... sí siente
El máximum de la
emoción ocurrió durante el cierre del homenaje a los campeones en Madrid,
cuando Manuel Escobar -de quien se dice fue quien la “españolizó” al principio
de los años 70- la entonó al lado del director técnico del equipo, Luis
Aragonés, y frente a cientos de miles de personas.
Esta canción,
sublimada por Escobar, según Carlos Montenegro, músico y ejecutivo discográfico
hispano-venezolano, fue compuesta en los años 70 por Leo Caerts, L.
Rozenstraten y A. Hoppe.
Manolo Escobar trabajó
en Holanda en calidad de inmigrante, como muchos otros hispanos que optaban no
ya por América sino por Europa, en la búsqueda de un mejor destino. La
inspiración viene de allá porque en esa región se quiere mucho a España y su
gente “desde la época de Carlos V”, lo cual se evidencia cada verano, cuando
los holandeses “invaden” los sitios turísticos españoles.
En su momento la
canción obtuvo una discreta repercusión en su tierra natal, por lo cual su
intérprete, Samantha, quien cantaba melodías folklóricas -muy del gusto de los
años 70- hizo después una versión en español, con muy poco éxito en el público
hispano.
Otros trataron de
darle fama en Bélgica, Francia y España, pero no pudieron, hasta que se produjo
la mágica mezcla de un cantante español en tierras holandesas: Manolo Escobar,
quien no sólo la españolizó sino que la internacionalizó, obteniendo la fama y
la venta de más de 6 millones de ejemplares, a tal punto que es considerada
como el segundo himno de esa nación.
Dos venezolanos
contribuyeron a catapultarla: Memo Morales, zuliano, y Luis María Frómeta -el
popular Billo, de origen dominicano- lanzaron su versión a mediados de los 70,
y fue tal el suceso que durante una década viajaron a las Islas Canarias, para
interpretarla así como otros de sus éxitos en los carnavales de Tenerife. Con
ella, la Billo’s hizo vibrar a cientos de miles de españoles y ésa es,
realmente, la versión que muchos recuerdan. Memo fue llamado desde entonces el
“Gitano maracucho”.
“Llevo tu voz y tu
aroma en mi piel”
Desde la primera
línea, “Venezuela” nos hace creer que sólo un venezolano pudo escribirla y, sin
embargo, sus autores no conocían el país. ¿Cómo podían escribir semejante frase
-por mucha licencia poética de un creador- si no habían visto su “luz” ni
habían “olido” su aroma? La respuesta es José Luis Rodríguez.
Mirla Castellanos,
quien la popularizó, ofrece su versión aun cuando aclara que no le consta: José
Luis Armenteros y Pablo Herrero escribieron la canción en 1980 especialmente
para el “Puma”, y de tanto oírlo, así como a Balbino -otro intérprete
venezolano en busca de fama en España- y a ella misma, se deben haber inspirado
y buscarían a Venezuela en un Atlas, dice graciosamente la “Primerísima”.
Aunque Mirla la
popularizó no fue la primera en grabarla, sino Balbino, pero sin éxito. No pudo
precisar muchos detalles, sólo recuerda que en su interpretación discográfica
comercial estuvo acompañada por la Sinfónica de Cámara de Venezuela; sin
embargo, hubo una grabación previa para la celebración de los 100 años de
Ponche Crema (este licor fue creado en 1900), que la popular intérprete no
recordó en el momento.
José Luis no la grabó
porque Héctor Maselli, su mánager, argumentó que la canción era muy localista,
y el objetivo era internacionalizarlo más, después de su rotundo éxito en
España con “El Pavo Real” y las otras canciones de ese LP, como “Atrévete”
(atrévete, crucemos el Jordán, que la tierra prometida nos espera”), recuerda
la Primerísima.
Mirla nos remite a
Carlos Montenegro, músico y musicólogo, productor discográfico, empresario del
mundo disquero, español llegado a Venezuela en 1962, quien trató personalmente
a Herrero y Armenteros, especialmente a este último, a quien visita en sus
viajes a España, y conoció de cerca el impasse surgido por la canción.
Montenegro integraba a
finales de los 60 el grupo venezolano “Los Claners”, pioneros de la música rock
tanto aquí como en España y considerados entre las mejores agrupaciones de este
género en nuestro país. Con el grupo viaja a Vigo para participar en un
festival, allí Herrero y Armenteros formaban parte del jurado, Los Claners compitieron
y ganaron, comenzando así una relación más cercana con los compositores
hispanos. Cuando se produce el impasse por la canción “Venezuela”, que
Montenegro cree recordar que fue en 1980, él estaba en Madrid, trabajando en la
producción musical de la también venezolana Melissa.
Aclara que ya Herrero
y Armenteros tenían un antecedente, pues poco antes habían compuesto
exitosamente “América” para Nino Bravo. A la muerte del ídolo español el tema
fue interpretado por el “Puma” como un homenaje post mórtem, y más
recientemente por el mexicano Luis Miguel: “América, América, todo un inmenso
jardín, eso es América, cuando Dios hizo el Edén, pensó en América”.
Más extraño es que
hicieron “Venezuela” en Gibraltar, en una casa donde se aislaban para componer,
y hasta que no terminaban el disco no salían del virtual encierro.
“Yo les dije que una
palabra no pegaba allí, y es mies -cereal de cuya semilla se hace el pan- de la
segunda estrofa: ‘No envidio el vuelo ni el nido al turpial, soy como el viento
en la mies’, porque aquí se habla de grano o cereal, ¡pero es sólo un
detallito!”, comenta sonreído.
Para entonces, el Puma
tenía muy pegado “El Pavo Real”, canción venezolana de la autoría de César del
Avila, folklorista nacional; y para muchos, José Luis era Venezuela y Venezuela
era José Luis, así que eso debe haber tenido influencia en los compositores.
La disquera española
quería un segundo LP, y lo encargaron a Herrero y Armenteros, de quienes, dice
Montenegro, componen de acuerdo a los registros vocales de los intérpretes y
estaban seguros de que “Venezuela” sería un éxito en la voz del Puma.
La situación fue
incómoda, pues los compositores habían hecho hasta las pistas de todas las
canciones con un cantante sustituto, por tratarse de temas inéditos, para que
pudiera oírlas José Luis. Lo cierto es que Maselli no aceptó ninguna de las
canciones del disco, y menos “Venezuela”.
Pablo Herrero se
levantó de la mesa airado y les dijo al Puma y a Maselli que no le compondrían
ni una canción más, mandaron su recibo a la disquera, que pagó la factura, y
ahí terminó la relación.
Wilhan Rikelssen
-dueño de la disquera nacional también en Madrid durante el “desencuentro”-
regresa a Caracas con su disco. Aquí la disquera se la propone a Balbino, con
el resultado conocido.
“Un día estoy con
Miguel Angel Rodríguez, empresario disquero y dueño del restaurante ‘El
Padrino’ -esposo de Mirla Castellanos- quien preparaba un disco con Carlos
Moreán para los 100 años de Ponche Crema, con música totalmente venezolana, más
o menos en 1989. Le digo a Miguel Angel que incluyan un tema nuevo:
‘Venezuela’, Miguel Angel lo oye, a Mirla le gusta y lo graba, y desde entonces
lo incluye en todos sus espectáculos”.
La popularidad de la
canción nació de las transmisiones televisivas del Miss Venezuela y de otros
grandes espectáculos en los que Mirla participaba. Hoy es interpretada por
cientos de artistas y agrupaciones nacionales.Al presidente Hugo Chávez hay que
darle crédito pues contribuyó a la popularidad de esta canción y la tiene en su
extenso repertorio musical. Muchos venezolanos, caribeños y hasta
latinoamericanos a quienes llegan las ondas de “Aló Presidente” pudieron oír un
inédito dúo integrado por él y Fidel Castro, cantando “a capella” la melodía.
El musical acto se hizo para celebrar un cumpleaños al dictador cubano, a quien
le dieron la letra de la canción en un papel. De ese momento a esta parte, el
mandatario venezolano ha mejorado un tanto su afinación.
“Cuando veo a
Armenteros bromeó con él y le digo que debe cobrarle derechos de autor a
Chávez”, comenta humorísticamente Montenegro, a quien el español le contó su
“mala suerte” porque en Chile su canción: “Libre” (Libre, como el sol cuando
amanece yo soy libre) popularizada por Nino Bravo, fue tomada por los
pinochetistas como una especie de himno para celebrar la caída del presidente
Salvador Allende.
El pasado 5 de julio,
fecha de la Independencia, el mandatario Chávez ofreció a su homólogo
boliviano, Evo Morales, la interpretación de “Venezuela” por parte de la
galardonada Sinfónica Juvenil, tutelada por el maestro José Antonio Abreu y
coreada por muchos de los presentes en la Asamblea Nacional. Más tarde, en el
desfile de Los Próceres, la banda marcial que amenizó el acto también la expuso
en su forma instrumental, para acompañar la exhibición área, parte central del
acto.
Armenteros vino a
Venezuela por primera vez entre 1980 y 1981 -no puede precisar la fecha- a
cobrar derechos de autor, estuvo tres días aquí y sufrió un accidente de
tránsito cuando salía junto al Puma del restaurante “El Mesón del Botijo” para
dirigirse al hotel Tamanaco, en donde se hospedaba, pero no pasó del susto.
Granada, tierra soñada
por mí
Angel Agustín de Jesús
Lara y Aguirre del Pino, conocido artísticamente como Agustín Lara, compuso
“Granada” sin haber atravesado el Atlántico.
Fue tal la repercusión
que despertó el amor y admiración de los españoles, sentimientos que se
contagiaron al mundo de habla hispana, aunque el mexicano compuso decenas de
temas universalmente conocidos, como sus populares boleros.
Luego de su muerte, su
fama y éxito se incrementaron, especialmente cuando “Granada” fue interpretada
por miles de artistas de todo el mundo y elevada al género lírico al ser
grabada por tenores como Luciano Pavarotti, Plácido Domínguez, José Carrera,
Andrea Bocelli, entre otros.
En España su figura
era muy conocida a comienzos de la década de los 40, incluso recibió diversos
honores y condecoraciones en todo el mundo, como la que obtendría del dictador
español Francisco Franco, quien en 1965 le obsequió una bella casa en Granada.
Lara compuso otras
hermosas canciones dedicadas a la que consideraba su madre patria, como los
pasodobles “Toledo”, inmortalizada por el tenor venezolano Alfredo Sadel, y
“Sevilla”, pero ninguna llegó a los niveles de “Granada”:
“Granada, tierra
soñada por mí/ mi cantar se vuelve gitano cuando es para ti/ mi cantar hecho de
fantasía/mi cantar flor de melancolía que yo te vengo a dar/Granada, tierra
ensangrentada en tardes de toros/mujer que conserva el embrujo de los ojos moros/te
sueño rebelde y gitana cubierta de flores/y beso tu boca de grana jugosa
manzana que me habla de amores/Granada manola cantada en coplas preciosas/ no
tengo otra cosa que darte que un ramo de rosas/de rosas de suave fragancia que
le dieran marco a la virgen morena/Granada, tu tierra está llena de lindas
mujeres de sangre y de sol”.
El mexicano había
nacido el 14 de octubre de 1900 en Veracruz, falleció el 6 de noviembre de 1970
en la capital azteca, cuando sus boleros, los más renombrados de su tiempo,
conmovían a miles de melómanos. Como si fuera poco, se hizo más famoso por
contraer matrimonio con la exitosa actriz María Félix, considerada la gran diva
de México, a quien escribió la popular canción “María Bonita”:
“Amores habrás tenido
muchos amores María bonita, María del alma/ pero ninguno tan bueno ni tan
honrado como el que hiciste que en mí brotara/lo traigo lleno de flores como
una ofrenda para dejarla bajo tus plantas/recíbelo emocionada y júrame que no
mientes, porque te sientes idolatrada”.
De tales autores tales
canciones
Herrero y Armenteros
no destacan solamente como compositores. Entre 1962 y 1965 integraron en su
país un grupo rockero llamado “Los Relámpagos”, con bastante resonancia.
La agrupación tuvo su
comienzo cuando Armenteros, guitarrista de “Los Morgans”, y Herrero, organista
de “Los Tigres”, se encontraron durante una actuación común, comenzando allí su
amistad. Tras alcanzar considerables éxitos como intérpretes juveniles,
incursionaron en la composición para otros intérpretes, y es así como llegan
nada más y nada menos que a la “Fórmula V” y posteriormente a Nino Bravo, entre
muchos otros afamados cantantes. Este singular dueto firmaría sus primeras
composiciones como José Luis de Pablo, se hicieron cargo de gran parte del repertorio
de Formula V, convirtiéndose en productores de sus populares grabaciones, entre
las que destacan: “La playa”, “Tengo tu amor”, “Cuéntame”, “Solo, sin ti”,
“Busca un amor”, “Ahora estoy enamorado”.
Una canción, una
emoción
“Llevo tu luz y tu aroma
en mi piel y el cuatro en el corazón/ llevo en mi sangre la espuma del mar/y tu
horizonte en mis ojos/No envidio el vuelo ni el nido al turpial soy como el
viento en la mies/siento el Caribe como a una mujer/soy así qué voy a hacer/Soy
desierto, selva, nieve y volcán/y al andar dejo mi estela/el rumor del llano en
una canción que me desvela/La mujer que quiero tiene que ser corazón, fuego y
espuela/con la piel tostada como una flor de Venezuela/Con tu paisaje y mis
sueños me iré por esos mundos de Dios/y tus recuerdos al atardecer me harán más
corto el camino/Entre tus playas quedó mi niñez/tendida al viento y al sol/y
esa nostalgia que sube a mi voz/sin querer se hizo canción/De los montes quiero
la inmensidad/y del río la acuarela/y de ti los hijos que sembrarán nuevas
estrellas/Y si un día tengo que naufragar/y el tifón rompe mis velas/ enterrad
mi cuerpo cerca del mar en Venezuela”.
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