PORQUE A VECES EL PERIODISMO SE ROZA CON LA HISTORIA

domingo, 22 de julio de 2018


NICARAGUA SE DESANGRA
Thamara Nieves

Haciendo gala al nombre de este blog: yoquelovivi, coloco hoy dos fotos inéditas de mi actividad periodística, durante la década de los ´80 en Managua, la capital nicaraguense. La primera, una foto con Violeta Chamorro, quien para ese entonces formaba parta del Frente de Liberación Nacional y presidió el país entre 1990 y 1997; la segunda con Edén Pastora, el legendario y controvertido Comandante Cero, pieza fundamental en la lucha para la caída del dictador Anastasio Somoza.

Ellas fueron tomadas durante las actividades periodísticas cumplidas en la gira que el Presidente de la República de entonces, Luis Herrera Campíns realizó allá en 1980, como parte de su preocupación y política orientada a evitar el giro al comunismo en ese país, y en la convulsionada Centroamérica del momento.

Herrera Campíns sostuvo reuniones de trabajo y firmó acuerdos de apoyo y cooperación con el recién llegado al Poder, Frente Sandinista de Liberación Nacional –allí tenían un rol fundamental Daniel Ortega (nuevamente en el poder desde hace 7 años y hoy objeto de una fuerte oposición) Violeta Chamorro, el intelectual Sergio Ramírez, Humberto Ortega, hermano del actual mandatario, entre otros, luego de la caída del dictador Anastasio Somoza-.

Petróleo barato en momentos en los cuales el crudo había aumentado sustancialmente y era prácticamente impagable para esos pequeños países, así como créditos y otras ayudas; con la única condición de que se respetaran las reglas del juego democrático y los gobiernos accedieran al poder por la vía electoral

Para ese momento la situación política no se veía nada clara, la violencia y los enfrentamientos entre los diferentes grupos ya habían arrojado cientos de muertos y la guerra civil rozaba sus fronteras. Las gestiones de Herrera Campíns, a las cuales se sumó el gobierno de México, parece que dieron su fruto, pues se logró mantener la inestable situación centroamericana en terrenos aceptables.

Posterior a esta visita, Herrera Campíns y su par mexicano, firmaron en San José, Costa Rica, el acuerdo mediante el cual suministraban casi 20 mil barriles diarios de petróleo a esas naciones, a bajos precios y a largo plazo.

Hoy, la situación se repite, al ser acusado Daniel Ortega de practicar la misma o mayor violencia represiva de Somoza contra las personas que manifiestan en su contra y piden su salida del poder, a lo cual se niega rotundamente el mandatario. Las calles de Nicaragua están manchadas de sangre, algunos sectores hablan de más de 300 fallecidos, miles de heridos y cientos de detenidos; otras personas cifran en una cantidad cercana a 500 los muertos, todo esto desde el pasado mes de abril.

Los organismos internacionales y regionales llaman a Ortega a la reflexión y a adelantar elecciones para comienzos de 2019. El régimen venezolano, por el contrario dio su absoluto respaldo a Ortega y este jueves 19 de julio, el Canciller Jorge Arreaza ofreció no solo apoyo sino que expresó que “venezolanos irían a Nicaragua a derramar su sangre por la defensa el régimen nicaragüense”.

En medios políticos que se comunican vía Internet, se informa que tanto hombres armados venezolanos así como armas y material de represión enviados por el régimen venezolano, estarían siendo utilizados por el tirano nicaraguense para sofocar la protesta en su contra, lo cual no ha logrado hasta ahora, incluso hay sectores que aseguran: “de que se va, se va”.

Muchos analistas observan coincidencias entre la actual situación de ese país centroamericano y los hechos vividos en Venezuela durante el 2017.

Aunque sin grandes expectativas sobre las decisiones de la ORGANIZACIÓN DE Etados Americanos, OEA, ya los temas de la tiranía venezolana no son los únicos en la agenda, ahora también están los de Nicaragua. A ambos se consideran necesarios afrontar y resolver, en beneficio de esos pueblos. Tampoco se aborda con profundidad el rol que juega Cuba, el sostenimiento de ambos regímenes, ni la necesidad de liquidar la nefasta dictadura antillana y su perversa influencia en la región.

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