PORQUE A VECES EL PERIODISMO SE ROZA CON LA HISTORIA

jueves, 18 de agosto de 2016

LA HISTORIA LOS REIVINDICARA

 Como dicen los abuelos, quien oye consejos llega a viejo, repongo el trabajo que hice entre noviembre y diciembre de 2015 sobre los presidentes de la república del periodo democrático venezolano. No intereactúe con Betancourt ni Caldera  (por ser niña y adolescente para entonces) pero luego como periodista sí, en su condición de líderes de sus respectivos partidos, AD y Copei, y a Caldera como senador vitalicio y luego como ex-mandatario. Pero como dice el titulo del blog, yoquelovivi, les recomiendo que lean esto, porque a esos señores Venezuela debe asignarles un importante lugar en nuestra historia.

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domingo, 15 de noviembre de 2015

La historia los reinvindicará (I de X)

Aunque todavía es temprano, hay que comenzar a plantear la conveniencia de que sea revisado el rol jugado por los presidentes de la República durante el periodo democrático de Venezuela, pero sobre todo reivindicado, después de casi 20 años de críticas y cuestionamientos, las cuales, en su mayoría, dieron origen al “Caracazo” y al desprestigio de los partidos políticos, sus líderes, y respectivas gestiones.

Sin pretender comparar las últimas casi dos décadas de gobierno auto proclamado del Siglo XXI -¿O del siglo XIX?- los méritos obtenidos y perseguidos por esta dirigencia, palidecen ante las obras y legado de sus predecesores, ostensiblemente mayores, si bien el presidente Chávez tuvo una proyección internacional más amplia y contó con muchísimos más recursos económicos que cualquier otro en la historia.

Esta vez voy a recordar algunos hechos que me vincularon como periodista a estos líderes,  lo cual me dio la oportunidad de verlos muy de cerca y observar su accionar desde las entrañas del Palacio de Miraflores.

LA ETAPA BLANCA

“El padre de la democracia”

Debo aclarar que a Rómulo Betancourt no lo conocí en su condición de Presidente de la República, sino de ex presidente, cuando vino a Venezuela desde Suiza para asistir a la Convención de su partido, Acción Democrática, que designaría a Luis Piñerúa Ordaz  candidato presidencial, en oposición al abanderado de Copei, Luis Herrera Campins, a quien no logró derrotar en esa contienda del año 78. 

Esa actividad reporteril significaba prácticamente mis inicios en el periodismo escrito, pues había hecho mi “debut” como reportera en Radio Tiempo.

Recuerdo muy bien la expectativa generada por Betancourt entre los avezados reporteros de la fuente política, y yo, como corresponsal del diario El Impulso, debía cubrir desde mi condición de novata.

Los colegas no podían disimular su excitación por obtener las respuestas del anciano demócrata.

En El Impulso destinaron una página completa tamaño estándar a mi reseña, y no olvido el título de 8 columnas que el diario le dio: “Betancourt dice que Piñerúa no es doctor pero será Presidente”, por supuesto no me gustó, estoy segura que mi titular fue diferente, pero no lo recuerdo ahora.

En 1981 me correspondió cubrir los actos mortuorios del llamado Padre de la Democracia,  luego de la traída de sus restos mortales desde Berna a Caracas, donde se le rindieron honores, al estilo de la “IV República”.

Un repaso en frío permite apreciar que Betancourt fue un demócrata a carta cabal, un político ejemplar y fruto de ello es la creación de Acción Democrática, llamado durante mucho tiempo el “partido del pueblo” y considerado por décadas como el primer partido venezolano; un luchador desde su época juvenil-estudiantil por la defensa de los lineamientos democráticos en Venezuela y en el Continente, lo que inspiró la llamada Doctrina Betancourt.

En sus orígenes, la gente calificaba a AD como un partido comunista, pero fue evolucionando hacia la socialdemocracia y llegó a presidir  la Internacional Socialista. Tuvo excelentes cuadros técnicos y profesionales, líderes que pensaban en el país y que aportaban soluciones en las áreas para las que estaban calificados, de la talla de Leonardo Ruiz Pineda (asesinado durante la dictadura de Pérez Jiménez), y el poeta Andrés Eloy Blanco, por mencionar sólo algunos.

AD se opuso con vehemencia al gobierno del General Pérez Jiménez.

El partido blanco tuvo en Betancourt a un líder que sentó las bases de lo que sería conocido como el Pacto de Punto Fijo y que enfrentó a las guerrillas comunistas en la época de la lucha armada.

Luego de la cárcel y el destierro, es electo Presidente de la República. Su gobierno se caracterizó por la inestabilidad social y política que generaron agrupaciones de ultraizquierda, algunas de ellas tomaron las armas y se convirtieron en guerrilla urbana y rural para enfrentarlo. Resistió varios intentos de golpe de Estado, incluso un atentado en el que él sufrió serias lesiones, y perdió la vida su jefe de Casa Militar.

Su gobierno se caracterizó por una apertura a la estabilización de la democracia venezolana, la promulgación de una nueva Constitución (1961), la reforma agraria, el desarrollo de la industria petrolera en Venezuela con la creación de la Opep y el papel jugado en esa organización por su ministro Pérez Alfonzo, la fuerte inversión en el sector educativo y el cese de relaciones con gobiernos ilegítimos o dictatoriales del mundo.

Al entregar el mando, se retiró de la política partidista, se negó a la reelección y a cualquier cargo público, y se residenció en Suiza, donde vivió hasta su muerte en 1981.

El fin de su período presidencial en 1964 fue el inicio de una era de gobiernos democráticos. En la actualidad, algunos historiadores venezolanos denominan a Betancourt como el padre de la democracia venezolana.

Como Presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno en 1945 se lograron muchos avances políticos, como el voto de las mujeres y los analfabetos, la elección directa del presidente de la república y el Congreso Nacional, y la reducción de la edad para el voto de 21 a 18 años, con los cuales se logró la elección del primer ciudadano con total legitimidad popular como lo fue Rómulo Gallegos en 1947.


La historia los reinvindicará (II de X)

Los números no mienten

La labor de planificación del Trienio Adeco en las áreas de educación, salud, electricidad, vialidad, regadío y otras, son frutos primarios que cosechó la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez a quien erróneamente algunos atribuyen esos logros; y también la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP), la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y la Siderúrgica del Orinoco (SIDOR).

Betancourt. Algunos de sus logros (1959-1964):

Educación: se crearon 3838 planteles educativos desde el preescolar hasta el bachillerato; fueron activadas las universidades de Carabobo y Oriente y decretados el Instituto Pedagógico de Barquisimeto, la Universidad Centro-Occidental "Lisandro Alvarado" y el Instituto Politécnico de Barquisimeto.

Cultura: fueron creados un total de 126 bibliotecas y 5 museos.

Salud: se pusieron en servicio 34 hospitales, algunos de los cuales son: Oncológico Padre Machado, Pediátrico Elías Toro, Militar Carlos Arvelo, Universitario de Maracaibo, Ildemaro Salas, Francisco Risquez (Caracas), Psiquiátrico El Peñón; Naval Raúl Perdomo Hurtado y Luis Razetti (Barcelona). Además, se transfirieron al sector público el Pediátrico Jesús García Coello y la Maternidad Santa Ana.

Ambiente: fueron decretados 3 parques nacionales: Yurubí, Yacambú, y Canaima.

Agricultura: se comenzó la reforma agraria en gran escala a partir de 1960 con la cual se logró afectar 1.514.200 hectáreas de tierras provenientes de latifundios para adjudicárselas a los campesinos; además la superficie bajo regadío creció en 31.400 hectáreas.

Embalses: se inició la construcción de once embalses, Quebrada Seca, Lagartijo, Guanapito, Las Majaguas, El Isiro, Santa Clara, Mapara, Guri -el más grande del país-, Camatagua, Clavellinos, y El Pilar, y se culminaron Pueblo Viejo y Macagua.

Electricidad: la capacidad instalada de generación eléctrica aumentó en 987 megavatios, con lo cual se duplicó la existente hasta 1958.

Agua: el suministro de agua potable creció en 63 millones de metros cúbicos.

Aguas servidas: la población con este servicio se elevó en más de 500.000 habitantes.

Transporte: fueron construidos 3.274,9 kilómetros de nuevas carreteras, y asfaltados 6956 kilómetros, esta última la mayor cifra en la historia del país. Algunas obras iniciadas o concluidas fueron: las autopistas Regional del Centro (tramo Coche-La Tejerías), Valencia-Puerto Cabello, Charallave, Prados del Este y Norte-Sur (Caracas); las intercomunales Cabimas-Lagunillas, Barcelona-Puerto La Cruz y Antímano; las avenidas Libertador (Caracas) y Circunvalación Nº 1 (Maracaibo); los distribuidores El Pulpo y La Araña; los puentes María Nieves (Guárico-Apure), Simón Bolívar (Venezuela-Colombia), Rafael Urdaneta (Lago de Maracaibo), el más grande del país, La Restinga (Nueva Esparta), el primer puente sobre el Caroní y se dejó en construcción el puente Angostura; los túneles La Cabrera, Los Ocumitos y La Planicie; los aeropuertos de Barquisimeto, Cabimas y Ciudad Guayana y se dejó en construcción el aeropuerto de La Chinita en Maracaibo.

Viviendas: Fueron construidas por parte del sector público un total de 33.892 viviendas y se comenzó en 1959 el Programa Nacional de Vivienda Rural, ningún gobierno antes había gestionado casas para los campesinos.

Estos datos lo transforman sin lugar a dudas en el más grande estadista de Venezuela, al menos según la matemática.



La historia los reinvindicará (III de X)

Leoni el pacificador

Tampoco me correspondió hacer cobertura a Raúl Leoni como Presidente, también adeco y sucesor de Betancourt, pero es conveniente incluir algunas de sus obras, como dicen ahora los adeptos al Presidente Chávez, para conocer su “legado”:

Su gobierno se denominó de «Amplia Base», formado por la coalición de los partidos Acción Democrática, Unión Republicana Democrática (URD) y Frente Nacional Democrático (FND); no tuvo este pacto un resultado satisfactorio, pues en marzo de 1966 se retiró del gobierno el FND, partido de Arturo Uslar Pietri y en abril de 1968, el partido URD, dirigido por Jóvito Villalba. Su período presidencial es considerado como una etapa de concordia y entendimiento nacional.

Leoni llevó a cabo importantes proyectos de infraestructura, específicamente en el desarrollo de las industrias básicas de Guayana, entre ellas, la industria hidroeléctrica y siderúrgica, obra que aún perdura. Las obras principales que en éste campo se construyeron fueron: la primera etapa de la Represa del Guri y la ampliación de las centrales térmicas de La Cabrera, Las Morochas, La Fría y Punto Fijo. También se inauguraron sistemas de transmisión, interconectado y unidades diésel en todo el país. Se creó la empresa estatal CVG Siderúrgica del Orinoco C.A. (SIDOR), y se le confía la operación de la planta ya existente.

Se puso en producción la primera planta de aluminio de Guayana, Alcasa. Se amplió la planta petroquímica de Morón y se inicia la construcción de la planta petroquímica de El Tablazo.

Se construyeron 2.569 km de vías, se reconstruyeron 1.424 km, se pavimentaron 3.298 km, se repavimentaron 3.032 km y se mejoraron 1.959 km. La red nacional vial pasó de 28.198 km de longitud en 1963 a 37.511 km en 1968.

Entre las obras de infraestructura vial destacan: el Puente Internacional José Antonio Páez. La autopista estatal Valencia-Puerto Cabello y la interestatal Coche-Tejerías. Las autopistas urbanas: avenida Libertador, Maracaibo-San Francisco, El Valle-Coche, Barcelona-Puerto La Cruz-Guanta, el Distribuidor La Araña y su ramal hasta Coche. Las carreteras: Ciudad Bolívar-Ciudad Piar y Barinas-La Pedrera y los ramales viales: San Fernando de Apure-Achaguas, Upata-El Manteco, El Clavo-El Guapo y Guanta-Cumaná-Altos de Santa Fe. Entre otras varias autopistas, carreteras y vías urbanas.

Se construyeron 929 edificios con 6.512 aulas para alojar 293 mil alumnos de educación primaria y media, y en los comedores escolares se atendió un promedio de 241 mil niños diarios. La matrícula escolar pasó de 1.603.700 alumnos en 1963 a 2.082.900 en 1968.

A pesar de los esfuerzos realizados por los gobiernos de Betancourt y Leoni en el año de 1968 aún existía un déficit de 10.632 aulas correspondientes a escuelas que funcionaban en casas de habitación, además se deseaba eliminar el doble turno y esto aumentaría el déficit en 7.261 aulas.

Durante el periodo se construyeron 153.478 viviendas.

Se instalaron 1.183 sistemas de abastecimiento de agua para localidades de menos de 5.000 habitantes. Se beneficiaron a 665 mil personas pero con capacidad para servir a 1.4 millones, se arribó a 2.19 millones de habitantes servidos por el sistema de acueductos rurales. Se construyeron 67 sistemas de aguas servidas para beneficio de 62.579 habitantes en poblaciones de menos de 5.000 habitantes. Se construyeron o terminaron obras de acueductos urbanos en casi todas las ciudades del país.

Se pusieron en funcionamiento 4.277 camas en hospitales generales y especiales. Se pusieron en funcionamiento los siguientes centros asistenciales: Maturín, Acarigua-Araure, Cabimas, Puerto Cabello, San Felipe, El Tigre, Cantaura-Anaco, Cumaná, Carúpano y se ampliaron los siguientes: Hospital Universitario de Maracaibo, Barcelona, Maracay, Valencia, San Cristóbal, Valera, Ciudad Bolívar, Villa de Cura, Río Caribe, Cumanacoa, Tovar, Colón, Upata, Caicara del Orinoco, Quibor, Tucupita, El Vigía y Caja Vieja.

Con esto se logró disminuir la tasa de mortalidad infantil hasta 41,6 en 1968, cuando en 1958 esa tasa era de 64,4.

Se inició la construcción de grandes obras como: el Complejo Parque Central y el Metro de Caracas, que culminarían después Rafael Caldera y Luis Herrera Campins, respectivamente. Se creó la Fundación del Niño, el Instituto de Cultura y Bellas Artes (INCIBA) y el Premio Rómulo Gallegos.


viernes, 27 de noviembre de 2015

La historia los reinvindicará (IV de X)

“El gocho pa’l 88”

A Carlos Andrés Pérez lo vi por primera vez siendo candidato presidencial en 1973, yo comenzaba mis estudios de Comunicación Social en la UCV. Era ese CAP enérgico, súper dinámico, que atraía a inmensas masas de todas las clases sociales, pero en mí no provocaba ningún entusiasmo. 

Fue un sábado cuando desde el balcón de mi apartamento, de Socorro a Calero (parroquia Candelaria) y con plena vista sobre la avenida Urdaneta de Caracas- la torre financiera Latina, en construcción, tapó luego nuestra vista- lo vi pasar raudo y veloz.

No sentí por él ni frío ni calor, yo simpatizaba con la izquierda, y con sus perdedores candidatos como José Vicente Rangel y Teodoro Petkoff. Siempre perdía mis votos, pero seguía votando así. Afortunadamente, y eso da paz a mi conciencia, nunca voté por Chávez ni por los partidos que lo apoyaron, lo consideraba –y aun hoy lo creo- un simple golpista, militar autoritario y nada revolucionario, mucho menos de ideología de izquierda ni socialista.

Ese sábado se cumplía una marcha de mujeres con CAP, vi la adoración de las féminas que por miles de miles acompañaron al aspirante presidencial, convertido poco después en uno de los mandatarios más populares de Venezuela y con gran repercusión internacional.  Todo un líder, que contó con la suerte de tener el precio del barril de crudo en alza constante.

Siendo ya presidente, me tocó cubrir los últimos meses de su mandato, y pude ver en Miraflores una visita que, según supe, hacían con cierta regularidad: en el propio despacho mirafloriano y con CAP al frente del escritorio presidencial, nada más y nada menos que a Marcel Granier y Gustavo Cisneros, para esa época cuñados y amigos.

Fue más fácil para mí atar los cabos de por qué empresarios como Cisneros, pasaron de ser exitosos, a multimillonarios. Las  compras de empresas por parte de Cisneros, en cualquier parte del mundo, repercutieron en las páginas de los diarios nacionales e internacionales.

Los allegados de CAP aprovecharon sus extraordinarias influencias y relaciones para sacar provecho económico. Creo que hubo acuerdos de ciertos sectores, entre ellos un gran diario de circulación Nacional, con sus “Notables” y todo, quienes hicieron campaña contra él –y de paso, contra los partidos políticos- con el interés de generar una atmósfera de catástrofe en el país de donde poder sacar del sombrero a un “salvador”, un Presidente “aliado” y “domesticado”.

Trabajaba en El Universal cuando se produjo el “Caracazo” y sentí la presión de la “competencia” frente a mis informaciones objetivas y neutrales sobre la situación del país, infiero que para la competencia dicha situación era terrible y ameritaba un cambio de timón en Venezuela.

En mis reseñas periodísticas sobre el Caracazo, dejé ver -porque era imposible saber la verdad de esos acontecimientos para el momento- que fueron provocados, incluso escribí que la zona bancaria por excelencia, la Av. Urdaneta –desde el Banco Central hasta numerosas agencias de instituciones bancarias- no sufrió daños durante esos cruentos sucesos.

Hoy creo que los prepararon los chavistas de entonces; a ellos se sumó la delincuencia que saqueó a gusto. Los resultados son conocidos, lo que debe saberse ahora es quiénes estuvieron detrás de esos acontecimientos.

En cuanto a la acusación que se le hizo de malversación de fondos públicos durante su segundo mandato, la raíz de todo parece estar en el uso de 250 millones de bolívares de la partida secreta, destinados a brindar asesoría y custodia a la Presidenta de Nicaragua, Violeta Chamorro.

Fuimos testigos presenciales cuando durante la presidencia de Herrera Campins, su gobierno hizo lo propio para asistir a la mandataria nica, no nos consta si se usó dinero del Estado para eso, pero sí que personal de la Casa Militar de Venezuela prestó colaboración en ese sentido. Y no se hizo escándalo ni mención del caso, simplemente quedó como un caliche más.

Sin embargo, en muchos sectores se comentaba que Gustavo Cisneros era el testaferro de Pérez, versión ésta que no ha podido ser verificada, pero tampoco desmentida.

Su partido, Acción Democrática, se sumó al coro que pedía su renuncia al cargo, y así lo decidió la mayoría en el antiguo Congreso Nacional. CAP sí aceptó la renuncia.

Personalmente, interactúe con él como reportera de El Impulso enviada a la cobertura de la firma del Tratado Torrijos-Carter, en Panamá (1979), donde si bien ya no era presidente, fue testigo invitado especialmente por su amigo el mandatario panameño Omar Torrijos. CAP había entregado el mando a Luis Herrera Campins, con quien viajamos al istmo caribeño los periodistas que cubríamos la fuente gubernamental. La noche antes del viaje, LHC había dirigido una alocución a la nación en la que la prensa  destacó en grandes titulares sus palabras: “Recibo un país hipotecado”.

Por supuesto, apenas llegamos al hotel,  todos los periodistas venezolanos nos dirigimos a la habitación donde estaba alojado el ex presidente tachirense, a quien le cayó una avalancha de preguntas sobre el tema del endeudamiento denunciado por su sucesor.

CAP, en su habitual galantería y “pantallerismo”, me invitó a tomar un trago en su habitación en horas de la noche, lo cual, por supuesto, ignoré, pero que provocó que mis colegas dijeran que el hombre me estaba “echando los perros”, como decimos los venezolanos.

Ese fue nuestro único encuentro, porque durante su segundo mandato, no cubría ya la fuente presidencial ni tuve ocasión de participar en algún evento periodístico donde él estuviera. Murió en 2010 en la ciudad de Miami, donde se había refugiado luego de sufrir aquí el rechazo de hasta sus propios compañeros de partido.


miércoles, 2 de diciembre de 2015

La historia los reinvindicará (V de X)

“Tá barato dame dos”

Durante el primer mandato de CAP (1973-1979), el país fue conocido con el apodo de «Venezuela Saudita» debido al flujo de petrodólares que ingresaron por la exportación del petróleo venezolano como consecuencia del embargo árabe de crudo.

Una poderosa y masiva clase media nació en Venezuela, y la población tuvo grandes oportunidades de ascenso educativo, cultural, social y económico. Los precios del petróleo subieron de 1,92 dólares por barril en 1970 a 4,42 en 1973 y 14,35 en 1974. Venezuela cambió, y el venezolano, en líneas generales, adquirió nuevos hábitos de conducta: Nos hicimos famosos en el extranjero por nuestro excesivo consumismo, se repetían frases como “Tá barato, dame dos” y “la nevera está full”. Lamentablemente, algunos otros repetían “no me den, pónganme donde haiga”.

La Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, que financiaba el 100% de las becas de postgrado para aquellos profesionales  universitarios que quisieran estudiar en cualquier universidad del mundo, así como la creación del Sistema de Orquestas juveniles Gran Mariscal de Ayacucho, la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, destacan entre los grandes aportes de su primer gobierno solamente en el campo educativo-cultural, pero, creemos que su gran legado fue la nacionalización de la industria petrolera y, posteriormente, la del hierro, y, sobre todo, la creación de PDVSA considerada durante varias décadas entre las mejores 10 empresas a nivel mundial, con la meritocracia como uno de sus principales distintivos.

En general, la población tuvo la oportunidad de comprar vivienda  y vehículos propios, viajar frecuentemente al exterior y dar calidad de educación a sus hijos. Logró la incorporación al sistema de educación escolar formal de los niños entre 6 y 11 años, y se crearon más de once instituciones de educación superior.

Pero la deuda nacional interna y externa paso de 8.434 millones de bolívares en 1973 a más de 100.000 millones de bolívares al final del quinquenio. 

Su segundo mandato (1989-1993), a diferencia del anterior, estuvo marcado por escándalos de corrupción que culminarían con su separación del cargo, ante la declaración de procedencia de antejuicio de mérito por parte de la Corte Suprema de Justicia, acusado de malversación de fondos públicos y fraude a la nación, y la crisis social manifiesta en el llamado “Caracazo”.

Uno de los programas sociales más avanzados fue, en mi opinión, la beca alimentaria, aprobado para paliar las consecuencias del programa de ajustes económicos en los sectores populares. Cubría para El Universal la fuente de Educación y me tocó seguir este programa desde sus inicios, y aunque hice muchas críticas de él –creo que exageradamente-  hoy puedo ver en frío sus bondades.

Se pagaba un cheque mensualmente a los padres o representantes de todas las escuelas ubicadas en zonas populares, públicas o privadas, la única condición es que estuviera ubicada en un sector populoso; a los niños se les daba el bulto con los útiles escolares y el uniforme completo. No se exigió NUNCA filiación política de ningún tipo.

¿Las críticas? Que el dinero era utilizado para comprar licores y jugar “terminales” y al 5 y 6. Sin duda que los medios fueron implacables.

Tanto los escándalos de corrupción, como el Caracazo y su “ruidosa” relación con Cecilia Matos, fueron utilizados como argumento por Hugo Chávez y Hernán Gruber  Odremán para dos intentos de golpe de Estado el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992, respectivamente.

Al ser separado de sus funciones por el Congreso Nacional el 21 de mayo de 1993 por el delito de malversación de fondos públicos, se convirtió en el único presidente en ejercicio en la historia del país, en ser destituido por una acción judicial.

El balance de sus dos gestiones requeriría muchas cuartillas y miles de caracteres. Sin embargo, pese a las obras  faraónicas que programó en su primera gestión -muchas de ellas se hicieron, cuestionadas o aplaudidas-, el despilfarro de cuantiosos recursos, al punto de que al final de su mandato los ingresos eran insuficientes para financiar los gastos públicos, sin dudas fue el inicio de la etapa de la corrupción administrativa y de la aparición de grandes fortunas, nacidas en menos de un lustro. 

Su lema inicial: “manejar la abundancia con criterio de escasez”, quedó como  frase hueca. 

Sin embargo, esta situación no es comparable con los hechos actuales, aquí no se puede hablar de corrupción administrativa sino de SAQUEO, todos recordamos las palabras de Jorge Giordani -ministro de Planificación del gobierno de Hugo Chávez durante muchos años-, en las cuales denunció la “desaparición” de más de 25 mil millones de dólares nada más entre empresas de maletín y allegados del gobierno chavista.

El programa de medidas económicas emprendido por CAP para intentar revertir su desacertada política económica anterior, conocido popularmente como paquetazo neoliberal, fueron detonantes para el “Caracazo” o “sacudón”, que los chavistas consideraron  la génesis del nacimiento de su movimiento y la justificación de los fracasados intentos golpistas del año 92.


La historia los reinvindicará ( VI de X)

La banca me engañó

Del tiempo que cubrí la gestión de Jaime Lusinchi puedo decir que fue –hasta ese momento -el mandatario más hostil con los periodistas y los medios de comunicación en general. El cambio de estilo con su predecesor, Luis Herrera Campíns, fue de 180º. De ingresar a Miraflores por la puerta principal y tener libre ingreso a la mayoría de sus instalaciones, los periodistas pasamos a tener que hacer diligencias para el acceso, y eso por la puerta lateral, llamada Prevención. El ambiente interno era de cierta hostilidad y dificultades para contactar a los entrevistados.

Tanto así que un incidente menor, con el reportero Luis García, de Venezolana de Televisión, lo catapultó a la fama al convertirlo en una especie de “mártir” del gobierno. Lusinchi, ante una insistente pregunta del reportero, le respondió algo así como que “tú a mí no me jodes”, y se formó la sampablera; por supuesto, ni remotamente comparable con las agresiones que después han recibido y continúan recibiendo periodistas y medios por parte del régimen vigente: lesiones físicas, daño y decomiso de equipos, cierre de fuentes y medios de comunicación social, hegemonía comunicacional.

En todo caso, las relaciones fueron muy difíciles, al punto que algunos periódicos tenían dificultades para obtener los dólares preferenciales para las importaciones de papel periódico. El Nacional, por ejemplo, sufrió seriamente este problema; desde la redacción de El Universal nos  enteramos que suministraban  este insumo al diario de Puerto Escondido, donde estaba su antigua y original sede.

Mientras esto ocurría, se denunciaban casos de presunta corrupción administrativa, como el escandaloso  Recadi y el tristemente célebre “chinito”, el único sancionado por esta situación; así como la cada vez más asfixiante intervención de Blanca Ibañez, la pareja del mandatario,  en las decisiones más importantes de la administración pública. Muchos recuerdan como al final del período de Lusinchi, éste dijo una frase-excusa, que fue duramente cuestionada y causó malestar por su cinismo: “la banca internacional me engañó”, muy al actual estilo chavista.

A Lusinchi, a quien veíamos con frecuencia durante su ejercicio parlamentario,  lo entrevisté durante la campaña electoral en visita  realizada al dueño de El Universal para ese momento, Luis Teófilo Núñez Arismendi, en su oficina del diario. Estuvo acompañado por Carlos Croes, nuestro jefe de redacción y quien tras el triunfo electoral, pasó a ser Cónsul en Nueva York y Ministro de Información y de la Secretaría, respectivamente. En Miraflores, durante el tiempo que duró nuestra cobertura allí, no tuve oportunidad –ni él estaba dispuesto- a sostener comunicación periodística. El Palacio de Misia Jacinta se volvió infranqueable a los periodistas.

Hay una anécdota que vivimos en carne propia y que describe mejor la personalidad de este hombre. Un día, aproximadamente a las 7 de la noche y quedando pocos compañeros en la redacción, se presenta el propio Lusinchi, acompañado de Croes –no preciso si era ministro de Secretaría o de Información para ese momento- y sus edecanes, pero no entró por el acceso directo a la oficina del Dr. Núñez, sino por la redacción. Estaba visiblemente “entonado, prendido”, y pedía al Dr. Núñez que le sacará una botella de whisky. Suponemos que Croes y el editor se habían puesto de acuerdo para no proporcionarle más licor. También estaba visiblemente lloroso, y en un astado de ánimo terrible ¿La causa? Un desencuentro con Blanca Ibáñez.  A mi escritorio se acercó y en tono medio jocoso me dijo que tenía cara de pícara, así le hizo comentarios a otros colegas, quienes aprovechamos la oportunidad de escaparnos a Los Cambados, un botiquín que quedaba en una estrecha y fea calle, detrás del periódico y a donde acudíamos con frecuencia a tomarnos unas cervezas, comer tortilla española que nos preparaba el dueño y, sobre todo, relajarnos un poco antes de irnos a casa. Luego supimos que en la redacción se las vieron negras para hacer desistir a Lusinchi de ir también a Los Cambados.

Centro de su gestión

Como la historia ya está escrita y para no caer en repeticiones, colocaré a continuación, un resumen de los hechos más resaltantes de este gobierno 1984-1989. Tomado de monografías.com  http://www.monografias.com/trabajos88/gobierno-jaime-lusinchi-1984-1989/gobierno-jaime-lusinchi-1984-1989.shtml#ixzz3sDHIA4nE   (Enviado por Omar Gómez Castañeda )   

Es el sexto gobierno del sistema democrático iniciado en 1958. Jaime Lusinchi fue el candidato del partido Acción Democrática (AD) en los comicios que se realizaron el 4 de diciembre de 1983. Triunfó con 3.775.341 votos, mientras el candidato por el partido socialcristiano COPEI, el ex Presidente Rafael Caldera, obtuvo el segundo lugar con 2.298.176, lo cual significó una diferencia de casi millón y medio de votos.

En términos porcentuales Lusinchi ganó con el 56,5% de los votos contra un 30,6% de Caldera. El triunfo de AD en las tarjetas pequeñas también fue holgado, obteniendo 113 diputados y 28 senadores, lo que le otorgó al Gobierno una mayoría sólida en ambas cámaras del Congreso Nacional. Pese a la abrumadora victoria, el doctor Lusinchi inició su gestión de gobierno, el 2 de febrero de 1984, con palabras que reflejaban modestia y conciliación. Le tocaban tiempos difíciles, pues hacía un año que la moneda había sido devaluada, eran comunes las fallas en los servicios públicos y la corrupción administrativa hecha pública contribuía a oscurecer más el panorama. A todo esto se agregaba el problema de la deuda interna y externa que daba un relieve dramático a la coyuntura, al reducir las posibilidades de implementar soluciones.

Pueden señalarse tres elementos claves en el gobierno de Lusinchi, por su alcance e impacto en el futuro inmediato de Venezuela: La reforma del Estado a través de la creación de la COPRE, el refinanciamiento de la deuda externa, y el agravamiento de los casos de corrupción. Es un triste recuerdo la actuación de su secretaria privada la tan nombrada y poderosa Blanca Ibáñez, "filtraba todo acceso al presidente, nombraba y destituía funcionarios, decidía sobre los beneficios de los contratos de obras públicas y hasta seleccionaba los ascensos a generales de las fuerzas armadas, en una moderna versión de república bananera." Afirma Vladimir Pérez.

El 24 de febrero, el presidente Lusinchi precisa su política económica. En materia monetaria varía el esquema impuesto por el gobierno precedente. Se establecen cuatro tipos diferenciales de cambio:

•El de Bs. 4,30 por US$ (fijado por la administración de Herrera Campins) se prorroga hasta diciembre de 1985, otorgado para el pago de cuotas de capital de las deudas externas, para los estudiantes en el exterior y para medicinas y alimentos especificados en resolución del Ministerio de Hacienda; el de Bs. 6 por US$ para la venta de divisas de los sectores petrolero y del hierro; el de 7,50 para las transacciones comerciales y financieras, privadas o públicas; y el dólar fluctuante", cuyo tipo de cambio será fijado por el libre juego de la oferta y la demanda. Anuncia una drástica baja de las tasas de interés; fija una política laboral compensatoria del bajo nivel de vida.

Otros hechos relevantes lo constituyen:

•Las  quejas interpuestas ante  la Sociedad Interamericana de Prensa, ya que a lo largo del período presidencial resulto muy difícil para los medios impresos, mantener una posición independiente del gobierno o criticarlo modestamente, pues éste era muy "sensible" y manejaba según sus conveniencias, entre otros recursos, las cuotas de dólares preferenciales a Bs. 7,50 para la compra de papel importado, necesario para la supervivencia de los impresos.

•La combinación de la represión, junto con una eficaz política de propaganda de gobierno dirigida desde la Oficina Central de Información (OCEI), impidió que la mayor parte de las irregularidades administrativas y los abusos de poder salieran a la luz pública. Sería sólo posteriormente, al iniciarse el gobierno de Carlos Andrés Pérez, cuando se reveló lo que puede calificarse como el peor hecho de corrupción hasta ese momento: el escándalo del tráfico de influencias en el otorgamiento de dólares preferenciales a través del Régimen de Cambios Diferenciales (RECADI), lo que no había trascendido más allá de los rumores durante el quinquenio, comenzó a investigarse más libremente una vez que Lusinchi dejó la presidencia.

Ya a mediados de 1989, se denunció la malversación de fondos de la partida secreta del Ministerio de Relaciones Interiores por parte del ex presidente Lusinchi y su ministro José Ángel Ciliberto, para la compra de un conjunto de jeeps que, lejos de destinarse a actividades vinculadas con la seguridad del Estado, sirvieron primero para la campaña interna en AD del precandidato Octavio Lepage, para luego ser utilizados en la campaña electoral de 1988 y quedando posteriormente en manos de algunos militares y allegados al partido Acción Democrática (AD). Esta denuncia desemboca en agosto de 1993, en la decisión de la Corte Suprema de Justicia de encontrar méritos para enjuiciar al ex presidente y la aprobación del Congreso del levantamiento de su inmunidad parlamentaria. "Venezuela sufre una fuerte crisis económica, un agudo desorden administrativo del Estado y se evidencian casos de corrupción generalizada, vinculadas con personalidades del escenario político actual. El nepotismo también transciende el tiempo, el 21 de Noviembre de

1993, en el Registro Primero Mercantil del Distrito Federal y Estado Miranda, a cargo de Maria Teresa Lusinchi Castillo, hija de Jaime Lusinchi.”

Lusinchi e Ibáñez son acusados por delitos contra el patrimonio público de la nación en la década de los '90. En 1995 Ibáñez se exilia en Costa Rica y Lusinchi también parte al exterior poco después, tras una orden de prohibición de salida del país dictada en su contra durante el proceso judicial.

Obras, trabajos e incidentes

Durante esta gestión de gobierno se construye en Caracas, el Paseo Vargas, el moderno y excelentemente planificado Complejo Habitacional Juan Pablo II, destinado fundamentalmente a la clase media profesional,  obra icónica de carácter residencial que aportó un nuevo concepto de hábitat para la época. Ubicada al oeste de la ciudad de Caracas, fue ejecutada por el Centro Simón Bolívar, y lleva su nombre en honor a la visita de su Santidad Juan Pablo II en 1985. Una de las características fundamentales de estas residencias, es su novedoso y funcional diseño urbanístico por parcelas, transformando el sistema de 4 edificaciones aisladas en una estructura de súper manzanas, integradas por espacios públicos y semi-públicos, donde destaca la llamada pirámide invertida. Cuenta con centros comerciales (Uslar, La Villa, Páez, Euba y Caracas), parques y jardinerías, biblioteca, iglesia y tiene una gran cantidad de institutos educativos de varios niveles.  Sus arquitectos fueron Wenceslao López Suárez, Juan José Ramírez y Ramón Manaure Trujillo.                      

Asimismo,  el tramo del Metro de Caracas Zoológico/Las Adjuntas-El Silencio, se erige la Represa del Río Turimiquire (Edo. Monagas), el comienzo de la construcción de la Autopista de Oriente, la fabricación de 331.615 viviendas, y el inicio de la Comisión para la Reforma del Estado (COPRE), con la cual años después, se lograría la descentralización de las regiones.

Hubo un fuerte repunte de la actividad agropecuaria, al punto de que se hablaba del “milagro agrícola”. También durante este período, en 1985, el país recibe por primera vez la visita de un Papa, Juan Pablo II. Y en 1987, la incursión de la corbeta colombiana Caldas en mares venezolanos, puso a prueba la eficacia militar y diplomática de Venezuela ante Colombia y las naciones vecinas.

lunes, 7 de diciembre de 2015

La historia los reinvindicará (VII de X)

La etapa verde

El Dr. Caldera

A Rafael Caldera nunca le hice cobertura periodística como Presidente de la República durante sus dos mandatos, más sí como senador vitalicio.

A grandes rasgos, sus obras más notorias durante el primer gobierno del fundador de Copei, abogado, ex Procurador General de la Nación, docente, uno de los pilares del Pacto de Punto Fijo, especialista y redactor de la primera Ley del Trabajo y reformador de la ley vigente, docente universitario y escritor fructífero, fueron (1969-1974):

•Pacificación del país, incorporando a los grupos guerrilleros en lucha armada, a la vida democrática.

•Denuncia del Tratado de comercio con los Estados Unidos, estableciendo relaciones diplomáticas con todos los países, incluyendo la Unión Soviética, y fortaleciendo la OPEP, lo que redundó en el aumento de los precios del petróleo al final del período (de $2 a 14$).

•Incorporación de los trabajadores del campo a la protección de la Ley del Trabajo (nuevo Reglamento).

•Construcción de más de 100 mil viviendas en 1973 y cantidades parecidas en los otros años de su periodo gubernamental.

•Equilibrio fiscal, que permitió lograr una inflación de apenas el 14% en cinco años, teniéndose un superávit en 1973, revaluando el bolívar de 4,50 a 4,30 por dólar y creando 500 mil nuevos empleos aproximadamente, durante el quinquenio.

•Comienzo de la carrera administrativa en el sector público, la implementación del presupuesto-programa y la descentralización, con la creación de ocho (8) regiones y sus respectivas corporaciones.

•Reversión petrolera y la nacionalización del gas, aumentó la participación fiscal de 3,93 a 34,63 Bs. por cada barril de petróleo, fue descubierta la Faja Petrolífera del Orinoco y rectificados los límites de Venezuela (aumento de 4.000 km cuadrados aprox.).

•Incremento de la matrícula escolar en 33,3% y el personal docente en 46,5%, se duplicó la de educación media y triplicó la educación superior (inaugurados 23 nuevos institutos, entre ellos, la Universidad Simón Bolívar y el Instituto de Altos Estudios de la Defensa Nacional).

•3.354 nuevas camas hospitalarias.

•Construcción del Poliedro de Caracas, Parque Central, los Edificios del Banco Central de Venezuela, el Ministerio de Educación y los Tribunales de la República, el distribuidor Ciempiés, el segundo piso de la Autopista del Este, la prolongación de la Cota Mil desde la Castellana al Marqués y su enlace con la autopista del Este, la autopista Prados del Este-La Trinidad, inauguración del Hospital Miguel Pérez Carreño, y comienzo del desarrollo del Metro de Caracas.

•Decreto de la zona protectora de Caracas, creación del Instituto Nacional de Parques; el puerto y aeropuerto de la Isla de Margarita y la creación de su Zona Franca; al igual que la Zona Franca de Paraguaná, el complejo turístico de El Morro en Lecherías, el canal de alivio del Neverí y del Manzanares en Cumaná; el aeropuerto de La Chinita, el Paseo Ciencias y toda la renovación urbana de Maracaibo; la represa José Antonio Páez en Santo Domingo (Mérida), la segunda etapa del Guri, y desarrollo de la Conquista del Sur en Guayana y Amazonas.

•Inicio de la autopista centro-occidental, con el tramo Barquisimeto-Yaritagua; lanzamiento del programa integral de Desarrollo Agrícola (PRIDA) y los módulos de Mantecal, en Apure; construyó las represas Cumaripa, Cabuy y Guaremal, en Yaracuy, y Dos Cerritos y Pao-Cachiche, en Lara y Cojedes; la autopista Valencia-Campo de Carabobo, el Puente sobre el Río Limón en la Goajira, la catedral de San Felipe, el Ateneo de Caracas, el Teatro de la Opera de Maracay, y los Museos de Arte Contemporáneo en Caracas y Jesús Soto en Ciudad Bolívar.

En su programa de vivienda es destacable la construcción de la urbanización Caricuao -unos 250 edificios, de 14 pisos y 80 apartamentos -, hoy una de las parroquias más consolidadas de Caracas –igual se edificaron urbanizaciones así en otras zonas del país, como en Guaracarumbo, Estado Vargas- al igual que el moderno urbanismo (para entonces) Parque Central; superados después por la Urb. Juan Pablo II, realizada por la gestión de Jaime Lusinchi.

Pero hay que admitir que durante la etapa de la llamada IV República, se construyó el 90% de todas las urbanizaciones de Venezuela: de interés social, clase media, clase alta, por parte del sector público, sector privado o en combinación entre ambos sectores.

Vale destacar que estas viviendas, de interés social y clase media, fueron realizadas bajo estrictos criterios de exigencias de urbanismo y planificación urbana. Casi todos disponían de transporte público, escuelas y liceos, bibliotecas, locales comerciales y hasta iglesia; lejos de desmejorar la ciudad, mejoraban su respectivo entorno.

•Al finalizar el período presidencial, la deuda total del país, interna y externa, se calculaba en 7.100 millones de bolívares y los ingresos estimados para 1974 eran de 42.000 millones de bolívares y el presupuesto estimado de 15.000 millones.

sábado, 12 de diciembre de 2015

La historia los reinvindicará (VIII de X)

“El chiripero” (1994-1999)

En sus dos períodos de gobierno, Caldera tuvo que gobernar en minoría parlamentaria y con bajos precios del petróleo; el crudo rondó los 7 dólares por barril en los años 90.

Recibió la presidencia en el contexto de una de las crisis más graves vividas en Venezuela, la intervención del Banco Latino por parte de su antecesor, Dr. Ramón J. Velásquez y el efecto dominó que se produjo en el sistema financiero nacional.

La baja de los precios del crudo llevó a su gobierno a concretar acuerdos con el FMI y a aplicar un plan de medidas económicas conocido como la Agenda Venezuela, con gran rechazo general, disparando los niveles de impopularidad de su gobierno. Esto produjo, adicionalmente, una ola de quiebra de empresas y de fuga de capitales.

Por mucho tiempo, la inestabilidad social hacía prever a muchos sectores que no llegaría al final de su mandato, pero ello no ocurrió así, y en las elecciones de 1998 obtuvo el triunfo el Ttcnel Hugo Chávez.

El costo de la crisis financiera (16% del PIB) y los bajos precios del petróleo obstaculizaron seriamente los planes y proyectos que tenía para este período e incidió negativamente sobre la inflación, que llegó a altísimos niveles. Aun así, se puede resumir:

•Pacificación militar, después de los golpes sufridos el 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992.

•Creación del SENIAT, cambiando la cultura tributaria en el país, bajó la deuda externa de 26.981 a 23.175 millones de dólares y creó el Fondo de Estabilización Macroeconómico, para compensar en el futuro la baja en los precios del petróleo y el déficit fiscal.

•Apertura petrolera en forma transparente, y lanzamiento del programa de la Orimulsión. Privatizó SIDOR, varias entidades bancarias, al igual que los hoteles Meliá Caribe y Puerto La Cruz, Trujillo, Maracay, Tamá y Humboldt, con el sistema teleférico que lo acompaña.

La venta de VIASA, una de las mejores líneas aéreas del mundo, fue duramente cuestionada y aún hoy muchos ex trabajadores reclaman el pago de sus prestaciones sociales

•Política de acercamiento con Brasil, pretendiendo abrir el mercado de Amazonia para las empresas venezolanas.

•Profundización del proceso de descentralización con la transferencia de servicios en diecisiete (17) estados y puso en marcha el FIDES, Fondo Intergubernamental para la Descentralización.

•Acuerdo tripartito para la modificación del régimen laboral, seguridad social y pensiones que se esperaba desde hacía muchos años en el país.

•Mejoría de los programas sociales existentes, como la beca alimentaria, el PAMI, hogares de cuidado diario, multi hogares, y creó nuevos como el PROAL y el SUMET, para la alimentación básica y suministro de medicamentos a los sectores populares. Estos programas sociales se distribuyeron en todo el país y fueron supervisados por representantes de la Conferencia Episcopal sin ninguna afinidad política requerida.

•Creación del Fondo de Fortalecimiento Social para abrir la participación ciudadana y la solución de problemas a nivel vecinal.

•Construcción de más de 350 mil unidades de vivienda en el quinquenio, y creó Fundabarrios, que remodeló integralmente 1.894 barrios en todo el país.

•Inauguración del Acueducto Regional del Centro, la represa Taguaza, la línea 3 del Metro de Caracas, la Planta de Macagua, la carretera Mérida-El Vigía, el tramo San Felipe-La Raya de la autopista Centro-Occidental, el tramo San Carlos-Agua Blanca de la autopista José Antonio Páez; el tramo San Juan de Uchire-Clarines de la autopista Rómulo Betancourt; el tramo Yagua-Puerto Cabello de la autopista Regional del Centro; el distribuidor Guacuco en la vía Pampatar-La Asunción-Juan Griego, y adelantó sustancialmente las obras del ferrocarril Caracas-Cúa.

•Construcción de Yare II y El Rodeo II y los nuevos centros de Mérida y Barquisimeto, y demolió el Retén de Catia. Dejó en proceso la creación de 1.720 puestos nuevos para reclusos y la recuperación de 9 penales.

•Creación de Prodessur, para el desarrollo del sur, adelantó la construcción de Ciudad Sucre en la parte más occidental del Estado Apure, y construyó una plataforma para la presencia venezolana y defensa territorial en el archipiélago Los Monjes.

•Construcción de la ciudad deportiva de San Felipe; inauguró los Museos Jacobo Borges y Cruz Diez en Caracas; el Templo de La Coromoto en Guanare; fortaleció el Sistema de Orquestas juveniles e infantiles y adelantó el proyecto Yacambú-Quíbor, llevando el túnel de transvase y la presa a un 73,61% y 83,99% de su construcción, respectivamente.

•La dificultad de contar con recursos públicos llevó a desarrollar programas con el sector privado, tales como “Cada empresa una escuela” y “Un cariño para mi ciudad”, en la recuperación de escuelas y espacios verdes.


jueves, 17 de diciembre de 2015  

La historia los reinvindicará (IX de X)

El Señor Toronto

El gobierno de Luis Herrera Campins sí lo cubrí, y de cerca, desde el propio palacio de gobierno. Creo que ha sido subestimado como consecuencia de su enfrentamiento a los poderosísimos editores y medios de comunicación de la época.

Conocido popularmente por varios “motes” fue el de “Toronto” el más usado, por su afición a esta golosina venezolana elaborada con chocolate y avellana.

Su gestión presidencial fue efectiva, discreta y sobria, especialmente su política internacional, particularmente la realizada en Centroamérica, cuya situación de violencia política amenazaba a esos países y sus vecinos, y la cual ayudó realmente a mejorar.

¿Su gran falta? Devaluar el bolívar al final de su mandato, hecho conocido como el “viernes negro”, la justificación dada por sus voceros fue que la fuga de divisas había desangrado el país, pero las consecuencias aún las vivimos.

Como persona de una sencillez, humanidad y sobriedad ejemplar, de él se hicieron muchas bromas, incluso burlas, estimuladas por algunos medios de comunicación social, que en principio lo enfrentaban desde el Bloque de Prensa y luego desde el Consejo de los Medios que él, irónicamente llamó el “Consejo de los Reales”.

Abrió el Palacio de Miraflores para que, en visitas guiadas, la colectividad conociera personalmente la sede del gobierno; creó las audiencias presidenciales, las cuales atendía personalmente cada lunes en la “Casa de Misia Jacinta”, destinadas a atender problemas planteados por sectores populares.

Los periodistas nunca estuvimos mejor atendidos en Palacio. Allí, en el edificio administrativo, funcionaba una enorme sala de prensa –“Jesús Lossada Rondón”- en la cual cada corresponsal tenía su propio cubículo dotado de todo lo necesario para realizar su trabajo; los reporteros teníamos acceso a casi todas las dependencias, podíamos almorzar en el comedor del personal administrativo; tropezábamos con él con frecuencia en los pasillos y, cosa rara!!: la Casa Militar fue bastante flexible, a pesar de las constantes quejas que los periodistas hacíamos por la actuación de los uniformados y civiles que la conformaban. Se acordó así que ambas partes nos reuniéramos semanalmente para almorzar juntos y cordializar, nos dieron carnets especiales para comprar en los almacenes militares, y LHC ofrecía una rueda de prensa semanal; por supuesto, estábamos incluidos en las numerosas visitas de Estado que realizó a otros países.

Su sencillez y trato cordial lo mostraban como una persona de buen humor, siempre dispuesto al chiste y las frases jocosas como “Tarde piaste pajarito”; acostumbraba detener la discreta caravana presidencial para comer unas empanadas en algún quiosco de cualquier calle caraqueña.

Muchas veces lo vi desde el balcón de mi apartamento en la Urb. La Florida, cuando descendía de su carro para tratarse con un odontólogo que mantenía su modesto consultorio frente a nuestro edificio.

Solía usar sólo dos corbatas, y decía que eran suficientes “siempre que fueran del color de los ojos de su amada”. Igualmente, sus fluxes, y el traje tipo “safari”, moda que impuso entre el público masculino.

Pero los medios sólo se ocupaban de la parte negativa de la gestión gubernamental, quizás a raíz de una de las más costosas sanciones que se le hayan aplicado hasta ese momento, prohibir la publicidad de licor y cigarrillos, dos multimillonarias industrias, que redundó en pérdidas enormes para los medios, con eso cualquiera se gana ojeriza.

Después de entregar la presidencia de Venezuela, se alejó de la vida pública (si bien en 1995 resultó elegido por consenso como presidente de COPEI). Muere pobre en la ciudad de Caracas el 9 de noviembre de 2007, a los 81 años de edad, debido a una enfermedad renal y diabetes que lo aquejaron durante sus dos últimos años de vida. Requirió de la colaboración económica de sus allegados para costear el tratamiento de sus dolencias.

De lo que se puede resumir de su gestión, destaca:

Fue un período donde se completaron importantes obras de infraestructura, por ejemplo: el complejo Parque Central, el Teatro Teresa Carreño, la primera fase de la línea 1 del Metro de Caracas, el Estadio Brígido Iriarte, el Parque Naciones Unidas en el cual quedaron inaugurados los IX Juegos Panamericanos de 1983, el inicio de la Autopista a Oriente, el impulso del agro, el monumento a la Virgen de la Paz, etc.

Impulsó la reforma del Código Civil y de la Ley de Educación.

Creó el Ministerio de Estado para el Desarrollo de la Inteligencia a cargo de Luis Alberto Machado, programa desestimado en Venezuela pero que sin embargo se aplica exitosamente en otros países, como México, por ejemplo.

Autorizó las emisiones de televisión a color.

Autorizó el suministro del Lactovisoy, fórmula alimenticia complementaria para niños, especialmente en edad escolar, que contiene proteína de soya, leche, harina de arroz pre cocida, vitaminas y minerales. Esta fórmula es más barata que la leche y contiene ingredientes que no están en  ella. Registrada por el Instituto Nacional de Nutrición, es fácil de transportar y de envasar porque es un producto en polvo.

Los precios del petróleo llegan entre 1980 y 1981 a niveles nunca antes vistos, pasaron en ocasiones de los 30 dólares por barril, debido a la Guerra Irak-Irán y la política de bloqueo que realizaron los países árabes contra los Estados Unidos y otros países occidentales.

No obstante los inmensos ingresos provenientes de la explotación petrolera, el país vio aumentar su deuda externa, la cual había sido elevada ostensiblemente durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez.

Las presiones para el pago de la deuda externa produjeron la devaluación del Bolívar. Desde el llamado «Viernes Negro» en febrero de 1983, hasta fines del gobierno del presidente Herrera Campins, la devaluación del Bolívar (Bs. 4,30 por dólar) osciló entre Bs. 12 y Bs. 15 por dólar.

Suprimió toda publicidad audiovisual por radio y televisión dirigida a promover el consumo de cigarrillos y bebidas alcohólicas, medida que redujo a largo plazo la incidencia de tabaquismo en la población, pero le ganó una fuerte oposición entre los dueños de los medios de comunicación social.

Durante el conflicto de Las Malvinas mantuvo una posición firme contra la intervención inglesa. Incluso, giró instrucciones a sus embajadores en Francia y Alemania para que declararan que Venezuela estaba reconsiderando la compra de equipos militares por cuatro mil millones de dólares.


martes, 22 de diciembre de 2015

La historia los reinvindicará (X)

Ramón “Jota”

Al Presidente provisional Ramón J. Velásquez no lo cubrí como periodista, pero me correspondió formar parte de su equipo de gobierno desde la Dirección General de Información y Relaciones Públicas del Ministerio de Educación, mi debut en la Administración Pública –en condiciones de comunicadora corporativa- luego de varias décadas de actividad profesional como reportera.

Lo conocí como senador jubilado, durante sus cotidianas estadías en el Palacio Federal Legislativo, en los hermosos bancos que bordean la fuente de ese recinto parlamentario. Sonreído y risueño, solía dar una especie de cátedra informativa sobre importantes acontecimientos ocurridos en el país, y analizar hechos trascendentes vistos desde su óptica de historiador y fructífero escritor.

Pero en junio de 1993 le correspondió aceptar el nombramiento que de él hizo el antiguo Congreso Nacional, para que sustituyera a Carlos Andrés Pérez, a quien se le había solicitado la renuncia. Durante casi dos meses nos negamos a aceptar el pedido de la Dra. Elizabeth de Caldera, su Ministra de Educación, para que asumiéramos la Dirección de Información y Relaciones Públicas, finalmente en agosto accedimos al planteamiento de nuestra amiga, dando inicio a una nueva, diferente e importante etapa profesional en nuestra vida.

Aunque estábamos en sintonía con él a través del "interministerial" desde el despacho de la ministra, nunca más nos encontramos personalmente.

Un hecho delicado y muy estresante para mí fue el día en que se suspendieron todas las actividades docentes en el país, dado el agitado clima político y social que se vivía y la cercanía de las elecciones presidenciales, de las cuales nadie se atrevía a garantizar su realización.

Ese día, el Presidente Velásquez cumplió diversas actividades fuera de Palacio y al mediodía fue abordado por los periodistas sobre la agitación en las casas de estudio, informando categórico que las clases no serían suspendidas. La ministra, por su parte, cumplía su propia agenda en diversos actos. Ninguno de los dos se habían enterado del agravamiento de la situación del país, incluso con numerosos lesionados en los centros de estudios. Al llegar la Dra. Caldera a su despacho, los directores le informamos de la situación y la mayoría le recomendó suspender las actividades hasta enero. ¿Cómo contradecir al Presidente a quien los periódicos ya habían dado grandes titulares con su declaración? Presenciamos la conversación entre ambos, y cómo el Presidente autorizó a la ministra a suspender las clases hasta enero.

Me correspondió llamar personalmente a los jefes de información de El Nacional, El Universal y Últimas Noticias para explicarles que no había contradicción entre ambos funcionarios y muy por el contrario, la decisión de la suspensión fue tomada en consenso en el alto gobierno. Afortunadamente los medios publicaron la versión final ofrecida sobre el caso y nosotros superamos un fuerte estrés.

Poco tiempo después, y ya retirado de la presidencia, supe de él por el Dr. Ramón Espinoza, quien fue su Ministro de la Secretaría, y para quien presté servicios profesionales en ProVenezuela como Directora de Información.

El Dr. Espinoza nos relataba como J. Velásquez sufría de serias afecciones físicas que dificultaban su gestión presidencial, y cómo se las ingeniaba para que fuera atendido en Palacio, a cualquier hora y a cualquier día, sin que la opinión pública se enterara de esta otra dificultad, dentro de la grave crisis que vivía ya el país.

Pero se llegó a las elecciones de diciembre de 1993 y le entregó la banda presidencial a Rafael Caldera. Su gobierno de seis meses se caracterizó por convertir la descentralización en una política nacional:

(http://www.elmundo.com.ve/noticias/actualidad/noticias/el-gobierno-de-ramon-j--velasquez.aspx)

Por tanto una de sus primeras decisiones fue designar un Ministro de Estado para la descentralización. Además creó la Comisión Nacional para la Descentralización y el Consejo Territorial de Gobierno, con el fin de regular las relaciones intergubernamentales y profundizar el proceso en el ámbito local junto a gobernadores y alcaldes.

Creó el fondo intergubernamental para la descentralización, con el objetivo de establecer un mecanismo de financiamiento. En 1993, mediante Decreto-Ley, se estableció el Impuesto Al Valor Agregado (IVA), vía Ley Habilitante.

También el FIDES para administrar los recursos provenientes del IVA, el cual estaba adscrito al Ministerio de Relaciones Interiores. La idea del fondo era apoyar administrativa y financieramente el proceso de descentralización.

Desarrolló varios reglamentos para su aplicación, entre ellos algunos mencionados anteriormente y otros como para la desconcentración de atribuciones en materia de transporte, nombramiento de directores de las dependencias de los ministerios en los estados, creación del consejo de gobiernos del Área Metropolitana de Caracas, transferencias a los estados de los servicios de salud pública.

Narcoindulto

El Gobierno de Velásquez fue opacado por el llamado "narcoindulto" a Larry Tovar Acuña, caso en el que –según las versiones periodísticas- la secretaria del expresidente obtuvo de forma irregular la firma del presidente para dejar en libertad al narcotraficante, representante del cartel de Medellín en Venezuela.

Otros hechos ocurridos bajo su breve gobierno incluyen la quiebra del Banco Latino con la subsecuente fuga de divisas al exterior y la tragedia de Las Tejerías.

El exgobernador Carlos Tablante, pionero en la descentralización administrativa, escribe en su blog: “El Gobierno de transición de Ramón J. Velásquez (1993-94), a pesar de su corto tiempo, se caracterizó por el impulso dado a la descentralización, hasta el punto de convertirla en una política nacional. En los convulsionados primeros años de la década de los noventa se había aprobado la Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencia de Competencias del Poder Público y se desarrollaba la primera experiencia de gobernadores y alcaldes electos por el voto popular. Fue una tarea compleja que ameritó mucho trabajo y perseverancia para que los estados y municipios pudieran asumir nuevas competencias, debido a que quedaban viejas prácticas centralistas, ejercidas por más de 30 años.

En 1992, ocurren las dos intentonas golpistas y en 1993, con el juicio contra el Presidente Carlos Andrés Pérez, le toca a Ramón J. Velásquez asumir el gobierno de transición, impidiendo así que se quebrara la institucionalidad democrática.

(…) El Fides fue un fondo alimentado a través del Impuesto al Valor Agregado (IVA). Un porcentaje de la recaudación se quedaba en las regiones, para realizar obras u optimizar servicios que permitieran elevar la calidad de vida de los contribuyentes.

Durante mi gestión como gobernador de Aragua, acompañado de un valioso equipo de expertos y profesionales aragueños, firmamos con el Presidente Ramón J. Velásquez los convenios de transferencia de Salud pública, Protección y atención al Menor y Protección a la Tercera Edad, siendo nuestro estado el primero en asumir tales responsabilidades.”



El galáctico

 De Hugo Chávez Frías nos encargaremos en otra oportunidad, los hechos están muy recientes y muchos de ellos en pleno desarrollo, por lo que no es conveniente apresurarnos a emitir opiniones sobre estos acontecimientos.

 Además, él pertenece a otra etapa de la vida nacional, la llamada V República, y si la historia lo reivindicará está por verse, muchas de sus políticas están en plena ejecución.

 Sin embargo, sólo tuvimos contacto periodístico con él en enero de 2000, cuando realizábamos una suplencia en la Cancillería (el flamante nuevo Ministro de Relaciones Exteriores era José Vicente Rangel). Estuvimos en la Dirección de Información durante dos meses y nos correspondió cubrir la presentación del saludo del cuerpo diplomático acreditado en Venezuela al Presidente de la República, actividad muy protocolar hasta entonces en el país: se realizaba los primeros días de enero, a comienzo de año, bajo un estricto protocolo.

 Por supuesto, estuvo rodeado de gran cantidad de colegas –especialmente jóvenes- y nos correspondió recoger con nuestro grabador las respuestas que Chávez daba a los ansiosos periodistas.

 Muy cerca de él apreciamos su porte físico, su actitud ante los medios y su talante, nada parecido a lo que conocíamos de los otros presidentes. Pero dejaremos para otro momento la narración de lo que apreciamos ese día.

 Sorprenderá a muchas personas que durante nuestra “pasantía” por la Casa Amarilla recibimos de Fermín Lares, Director de Información y Relaciones, el material impreso sobre la gestión en materia internacional del nuevo gobierno –ya tenía un año en funciones- donde ya estaban claramente definidos los lineamientos de “exportación de la Revolución” como la penetración del Socialismo del Siglo XXI en América Latina, en primer lugar, y progresivamente en todo el mundo.

 Nada improvisado, como muchos creen que ha sido la gestión de HCHF. Comenzó a rodar la espada de Bolívar por América Latina. En estas actividades se invirtieron muchísimos millones de dólares. La injerencia en Argentina, donde se acusó al gobierno venezolano de financiar a piqueteros que luego dieron al traste con el gobierno de Fernando de La Rúa, el financiamiento de la primera campaña electoral del mexicano López Obrador –se encontraron con el enfrentamiento del Presidente Vicente Fox-, igual situación en Bolivia y Ecuador, donde dólares venezolanos “influyeron” en el cambio de rumbo político en esos países; las dificultades para incursionar libremente en Colombia y Perú a pesar de los serios intentos, en fin, fue una política masiva, intensa y costosa, pero a nuestro juicio planificada por José Vicente Rangel y asesores, y ejecutada, entre otras personas por Elías Jaua.

 Sin lugar a dudas, los frutos fueron favorables al Socialismo del Siglo XXI y hasta ahora los hechos lo han demostrado fehacientemente. Pero, repetimos, eso fue en el año 2000, lo cual hace presumir que el gobierno de Chávez arrancó sus funciones con estos objetivos internacionales clara y previamente establecidos desde mucho antes.

Por ahora

Para ser objetiva, me correspondería hacer la reseña del gobierno de Hugo Chávez y, por supuesto, del actual, el de Nicolás Maduro, pero como he señalado anteriormente, esas experiencias están en desarrollo y es bueno esperar un poco más; aunque es posible que haga un breve balance del mandato del TtCnel fallecido. Pero, mientras tanto, les recomiendo leer esta interesantísima entrevista realizada al escritor y analista mexicano Enrique Krauze, publicada el 23 de diciembre por el diario español ABC.

Posteriormente publicaremos nuestras interacciones con expresidentes extranjeros, y para estar en sintonía con la actualidad y con una de las leyes que los diputados de la nueva Asamblea Nacional han prometido aprobar: la Ley de Repatriación de Capitales, reseñaré sobre “Los Regalitos de Chávez”. Por ahora, lean y sorprendánse con las palabras de Krauze:

Krauze: «El horror chavista que descubriremos no tendrá precedentes»

Entrevista al escritor mexicano Enrique Krauze: «Haber ungido a Nicolás Maduro, que es de unas limitaciones abismales, fue uno de los mayores errores cometidos por Hugo Chávez».

JULIAN DE DOMINGO EMILI J. BLASCO Madrid - 23/12/2015

El escritor mexicano Enrique Krauze ha reeditado en España su libro «El poder y el delirio» (Tusquets), que en su día ya fue una alerta sobre la entraña autoritaria del chavismo. Muchas de las cosas que anticipaba las estamos viendo ahora. Con todo, Krauze avisa que aún no se ha revelado por completo el verdadero rostro del régimen creado por Hugo Chávez. Asegura que el «horror» que descubriremos con el tiempo «no tendrá precedentes». Krauze se felicita de que España esté saliendo de la amenaza populista que significaba un Podemos fuerte.

Usted anunciaba en 2008, cuando publicó la primera edición de su libro, que cada vez se vería más el verdadero rostro del chavismo. Y hoy estamos viendo narcotráfico, corrupción, denuncias de vulneración de derechos...

Como mexicano fui a ver el fenómeno de Venezuela, no por una curiosidad de científico, sino por una preocupación profunda. Allí vi el germen de un tipo de dominación política que podía extenderse y hacer un inmenso daño. Pero yo diría que el verdadero rostro aún no lo conocemos y va a tardar en revelarse. El horror que iremos descubriendo no tendrá precedentes, por el grado de corrupción, de descomposición, de destrucción de fuentes económicas, como PDVSA, y sobre todo de destrucción del tejido social y moral del pueblo venezolano. Aún así pienso que se podrá reconstruir, con mucho dolor.

¿Habría colapsado Venezuela igualmente con Hugo Chávez en el poder?

Habría sido igual, desde luego. Chávez se creía prácticamente un dios, pero no habría podido impedir el derrumbe de los precios del petróleo. De todos modos, dentro de su delirio, Chávez tenía elementos de racionalidad y cierto sentido de los límites. Pueden decirse muchas cosas de él, pero no que le faltara inteligencia política. A Maduro, en cambio, le falta inteligencia política moral y emocional. Maduro es de unas limitaciones abismales. Haberle ungido como sucesor es uno de los mayores errores de Chávez.

¿Cabe un chavismo sin Chávez?

El chavismo se está disolviendo ya, aunque no lo está haciendo de forma súbita, sino paulatina. Yo espero que más temprano que tarde Leopoldo López salga de la cárcel y que él aglutine a la oposición de una manera inteligente. Si ya perdieron los venezolanos tantos años, sería bueno que en un periodo razonable, a través de pasos legales, puedan ir acortando el Gobierno de Maduro.

Bajan los precios del petróleo y de las materias primas, con lo que muchos gobiernos de la región no tendrán los ingresos que antes utilizaban para hacer de «repartidores».

No solo ha sido una década perdida en Latinoamérica, ha sido una década de retroceso porque muchos han sido conquistados por el populismo y la demagogia»

«en España no hay espacio para el virus de la antipolítica, en cualquier caso espero que España no lo contraiga, porque es un virus letal y destructivo»

Evidentemente el ascenso de la demagogia en el poder que hemos visto en América Latina en los primeros quince años del siglo XXI tiene que ver con ese hecho de que el precio del petróleo y de las materias primas estaban en un altísimo nivel. El pueblo argentino parece haberse dado cuenta de que tiene que cambiar de rumbo y abrir los ojos a la realidad. Solo espero que también entienda que eso requerirá ajustes, en ocasiones dolorosos, porque la realidad duele.

¿Ha sido una década perdida para muchos países de Latinoamérica?

No solo eso; ha sido una década de retroceso, porque muchas mentes y muchos corazones han sido conquistados por esa idea de que se puede vivir sin trabajar y por las otras muchas promesas del populismo y la demagogia. Es difícil convencer al votante que tiene esas convicciones. La única forma es el tremendo golpe de la realidad. En Argentina ha ocurrido y ya está ocurriendo también en Venezuela. (http://www.abc.es/internacional/abci-krauze-horror-chavista-descubriremos-no-tendra-precedentes-201512231931_noticia.html?ref_m2w=)

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