LA HISTORIA LOS REIVINDICARA
Como dicen los abuelos, quien oye consejos llega a viejo, repongo el trabajo que hice entre noviembre y diciembre de 2015 sobre los presidentes de la república del periodo democrático venezolano. No intereactúe con Betancourt ni Caldera (por ser niña y adolescente para entonces) pero luego como periodista sí, en su condición de líderes de sus respectivos partidos, AD y Copei, y a Caldera como senador vitalicio y luego como ex-mandatario. Pero como dice el titulo del blog, yoquelovivi, les recomiendo que lean esto, porque a esos señores Venezuela debe asignarles un importante lugar en nuestra historia.
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domingo, 15
de noviembre de 2015
La
historia los reinvindicará
(I de X)
Aunque
todavía es temprano, hay que comenzar a plantear la conveniencia de que sea
revisado el rol jugado por los presidentes de la República durante el periodo
democrático de Venezuela, pero sobre todo reivindicado, después de casi 20 años
de críticas y cuestionamientos, las cuales, en su mayoría, dieron origen al
“Caracazo” y al desprestigio de los partidos políticos, sus líderes, y
respectivas gestiones.
Sin
pretender comparar las últimas casi dos décadas de gobierno auto proclamado del
Siglo XXI -¿O del siglo XIX?- los méritos obtenidos y perseguidos por esta
dirigencia, palidecen ante las obras y legado de sus predecesores,
ostensiblemente mayores, si bien el presidente Chávez tuvo una proyección
internacional más amplia y contó con muchísimos más recursos económicos que
cualquier otro en la historia.
Esta vez
voy a recordar algunos hechos que me vincularon como periodista a estos
líderes, lo cual me dio la oportunidad
de verlos muy de cerca y observar su accionar desde las entrañas del Palacio de
Miraflores.
LA ETAPA BLANCA
“El padre
de la democracia”
Debo
aclarar que a Rómulo Betancourt no lo conocí en su condición de Presidente de
la República, sino de ex presidente, cuando vino a Venezuela desde Suiza para
asistir a la Convención de su partido, Acción Democrática, que designaría a
Luis Piñerúa Ordaz candidato
presidencial, en oposición al abanderado de Copei, Luis Herrera Campins, a
quien no logró derrotar en esa contienda del año 78.
Esa
actividad reporteril significaba prácticamente mis inicios en el periodismo
escrito, pues había hecho mi “debut” como reportera en Radio Tiempo.
Recuerdo
muy bien la expectativa generada por Betancourt entre los avezados reporteros
de la fuente política, y yo, como corresponsal del diario El Impulso, debía
cubrir desde mi condición de novata.
Los colegas
no podían disimular su excitación por obtener las respuestas del anciano
demócrata.
En El
Impulso destinaron una página completa tamaño estándar a mi reseña, y no olvido
el título de 8 columnas que el diario le dio: “Betancourt dice que Piñerúa no
es doctor pero será Presidente”, por supuesto no me gustó, estoy segura que mi
titular fue diferente, pero no lo recuerdo ahora.
En 1981 me
correspondió cubrir los actos mortuorios del llamado Padre de la
Democracia, luego de la traída de sus
restos mortales desde Berna a Caracas, donde se le rindieron honores, al estilo
de la “IV República”.
Un repaso
en frío permite apreciar que Betancourt fue un demócrata a carta cabal, un
político ejemplar y fruto de ello es la creación de Acción Democrática, llamado
durante mucho tiempo el “partido del pueblo” y considerado por décadas como el
primer partido venezolano; un luchador desde su época juvenil-estudiantil por
la defensa de los lineamientos democráticos en Venezuela y en el Continente, lo
que inspiró la llamada Doctrina Betancourt.
En sus
orígenes, la gente calificaba a AD como un partido comunista, pero fue
evolucionando hacia la socialdemocracia y llegó a presidir la Internacional Socialista. Tuvo excelentes
cuadros técnicos y profesionales, líderes que pensaban en el país y que
aportaban soluciones en las áreas para las que estaban calificados, de la talla
de Leonardo Ruiz Pineda (asesinado durante la dictadura de Pérez Jiménez), y el
poeta Andrés Eloy Blanco, por mencionar sólo algunos.
AD se opuso
con vehemencia al gobierno del General Pérez Jiménez.
El partido
blanco tuvo en Betancourt a un líder que sentó las bases de lo que sería
conocido como el Pacto de Punto Fijo y que enfrentó a las guerrillas comunistas
en la época de la lucha armada.
Luego de la
cárcel y el destierro, es electo Presidente de la República. Su gobierno se
caracterizó por la inestabilidad social y política que generaron agrupaciones
de ultraizquierda, algunas de ellas tomaron las armas y se convirtieron en
guerrilla urbana y rural para enfrentarlo. Resistió varios intentos de golpe de
Estado, incluso un atentado en el que él sufrió serias lesiones, y perdió la
vida su jefe de Casa Militar.
Su gobierno
se caracterizó por una apertura a la estabilización de la democracia
venezolana, la promulgación de una nueva Constitución (1961), la reforma
agraria, el desarrollo de la industria petrolera en Venezuela con la creación
de la Opep y el papel jugado en esa organización por su ministro Pérez Alfonzo,
la fuerte inversión en el sector educativo y el cese de relaciones con
gobiernos ilegítimos o dictatoriales del mundo.
Al entregar
el mando, se retiró de la política partidista, se negó a la reelección y a
cualquier cargo público, y se residenció en Suiza, donde vivió hasta su muerte
en 1981.
El fin de
su período presidencial en 1964 fue el inicio de una era de gobiernos
democráticos. En la actualidad, algunos historiadores venezolanos denominan a
Betancourt como el padre de la democracia venezolana.
Como
Presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno en 1945 se lograron muchos
avances políticos, como el voto de las mujeres y los analfabetos, la elección
directa del presidente de la república y el Congreso Nacional, y la reducción
de la edad para el voto de 21 a 18 años, con los cuales se logró la elección del
primer ciudadano con total legitimidad popular como lo fue Rómulo Gallegos en
1947.
La historia los reinvindicará (II de
X)
Los números no mienten
La labor de
planificación del Trienio Adeco en las áreas de educación, salud, electricidad,
vialidad, regadío y otras, son frutos primarios que cosechó la dictadura
militar de Marcos Pérez Jiménez a quien erróneamente algunos atribuyen esos
logros; y también la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP), la Organización
de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la Corporación Venezolana de Guayana
(CVG) y la Siderúrgica del Orinoco (SIDOR).
Betancourt. Algunos de
sus logros (1959-1964):
Educación:
se crearon 3838 planteles educativos desde el preescolar hasta el bachillerato;
fueron activadas las universidades de Carabobo y Oriente y decretados el
Instituto Pedagógico de Barquisimeto, la Universidad Centro-Occidental
"Lisandro Alvarado" y el Instituto Politécnico de Barquisimeto.
Cultura:
fueron creados un total de 126 bibliotecas y 5 museos.
Salud: se
pusieron en servicio 34 hospitales, algunos de los cuales son: Oncológico Padre
Machado, Pediátrico Elías Toro, Militar Carlos Arvelo, Universitario de
Maracaibo, Ildemaro Salas, Francisco Risquez (Caracas), Psiquiátrico El Peñón;
Naval Raúl Perdomo Hurtado y Luis Razetti (Barcelona). Además, se transfirieron
al sector público el Pediátrico Jesús García Coello y la Maternidad Santa Ana.
Ambiente:
fueron decretados 3 parques nacionales: Yurubí, Yacambú, y Canaima.
Agricultura:
se comenzó la reforma agraria en gran escala a partir de 1960 con la cual se
logró afectar 1.514.200 hectáreas de tierras provenientes de latifundios para
adjudicárselas a los campesinos; además la superficie bajo regadío creció en
31.400 hectáreas.
Embalses:
se inició la construcción de once embalses, Quebrada Seca, Lagartijo,
Guanapito, Las Majaguas, El Isiro, Santa Clara, Mapara, Guri -el más grande del
país-, Camatagua, Clavellinos, y El Pilar, y se culminaron Pueblo Viejo y
Macagua.
Electricidad:
la capacidad instalada de generación eléctrica aumentó en 987 megavatios, con
lo cual se duplicó la existente hasta 1958.
Agua: el
suministro de agua potable creció en 63 millones de metros cúbicos.
Aguas servidas: la población con este servicio se elevó en más de 500.000 habitantes.
Transporte:
fueron construidos 3.274,9 kilómetros de nuevas carreteras, y asfaltados 6956
kilómetros, esta última la mayor cifra en la historia del país. Algunas obras
iniciadas o concluidas fueron: las autopistas Regional del Centro (tramo
Coche-La Tejerías), Valencia-Puerto Cabello, Charallave, Prados del Este y
Norte-Sur (Caracas); las intercomunales Cabimas-Lagunillas, Barcelona-Puerto La
Cruz y Antímano; las avenidas Libertador (Caracas) y Circunvalación Nº 1
(Maracaibo); los distribuidores El Pulpo y La Araña; los puentes María Nieves
(Guárico-Apure), Simón Bolívar (Venezuela-Colombia), Rafael Urdaneta (Lago de
Maracaibo), el más grande del país, La Restinga (Nueva Esparta), el primer
puente sobre el Caroní y se dejó en construcción el puente Angostura; los
túneles La Cabrera, Los Ocumitos y La Planicie; los aeropuertos de
Barquisimeto, Cabimas y Ciudad Guayana y se dejó en construcción el aeropuerto
de La Chinita en Maracaibo.
Viviendas:
Fueron construidas por parte del sector público un total de 33.892 viviendas y
se comenzó en 1959 el Programa Nacional de Vivienda Rural, ningún gobierno
antes había gestionado casas para los campesinos.
Estos datos
lo transforman sin lugar a dudas en el más grande estadista de Venezuela, al
menos según la matemática.
La historia los reinvindicará (III
de X)
Leoni el pacificador
Tampoco me
correspondió hacer cobertura a Raúl Leoni como Presidente, también adeco y
sucesor de Betancourt, pero es conveniente incluir algunas de sus obras, como
dicen ahora los adeptos al Presidente Chávez, para conocer su “legado”:
Su gobierno
se denominó de «Amplia Base», formado por la coalición de los partidos Acción
Democrática, Unión Republicana Democrática (URD) y Frente Nacional Democrático
(FND); no tuvo este pacto un resultado satisfactorio, pues en marzo de 1966 se
retiró del gobierno el FND, partido de Arturo Uslar Pietri y en abril de 1968,
el partido URD, dirigido por Jóvito Villalba. Su período presidencial es
considerado como una etapa de concordia y entendimiento nacional.
Leoni llevó
a cabo importantes proyectos de infraestructura, específicamente en el
desarrollo de las industrias básicas de Guayana, entre ellas, la industria
hidroeléctrica y siderúrgica, obra que aún perdura. Las obras principales que
en éste campo se construyeron fueron: la primera etapa de la Represa del Guri y
la ampliación de las centrales térmicas de La Cabrera, Las Morochas, La Fría y
Punto Fijo. También se inauguraron sistemas de transmisión, interconectado y
unidades diésel en todo el país. Se creó la empresa estatal CVG Siderúrgica del
Orinoco C.A. (SIDOR), y se le confía la operación de la planta ya existente.
Se puso en
producción la primera planta de aluminio de Guayana, Alcasa. Se amplió la
planta petroquímica de Morón y se inicia la construcción de la planta
petroquímica de El Tablazo.
Se
construyeron 2.569 km de vías, se reconstruyeron 1.424 km, se pavimentaron
3.298 km, se repavimentaron 3.032 km y se mejoraron 1.959 km. La red nacional
vial pasó de 28.198 km de longitud en 1963 a 37.511 km en 1968.
Entre las
obras de infraestructura vial destacan: el Puente Internacional José Antonio
Páez. La autopista estatal Valencia-Puerto Cabello y la interestatal
Coche-Tejerías. Las autopistas urbanas: avenida Libertador, Maracaibo-San
Francisco, El Valle-Coche, Barcelona-Puerto La Cruz-Guanta, el Distribuidor La
Araña y su ramal hasta Coche. Las carreteras: Ciudad Bolívar-Ciudad Piar y
Barinas-La Pedrera y los ramales viales: San Fernando de Apure-Achaguas,
Upata-El Manteco, El Clavo-El Guapo y Guanta-Cumaná-Altos de Santa Fe. Entre
otras varias autopistas, carreteras y vías urbanas.
Se
construyeron 929 edificios con 6.512 aulas para alojar 293 mil alumnos de
educación primaria y media, y en los comedores escolares se atendió un promedio
de 241 mil niños diarios. La matrícula escolar pasó de 1.603.700 alumnos en
1963 a 2.082.900 en 1968.
A pesar de
los esfuerzos realizados por los gobiernos de Betancourt y Leoni en el año de
1968 aún existía un déficit de 10.632 aulas correspondientes a escuelas que
funcionaban en casas de habitación, además se deseaba eliminar el doble turno y
esto aumentaría el déficit en 7.261 aulas.
Durante el
periodo se construyeron 153.478 viviendas.
Se
instalaron 1.183 sistemas de abastecimiento de agua para localidades de menos
de 5.000 habitantes. Se beneficiaron a 665 mil personas pero con capacidad para
servir a 1.4 millones, se arribó a 2.19 millones de habitantes servidos por el
sistema de acueductos rurales. Se construyeron 67 sistemas de aguas servidas
para beneficio de 62.579 habitantes en poblaciones de menos de 5.000
habitantes. Se construyeron o terminaron obras de acueductos urbanos en casi
todas las ciudades del país.
Se pusieron
en funcionamiento 4.277 camas en hospitales generales y especiales. Se pusieron
en funcionamiento los siguientes centros asistenciales: Maturín,
Acarigua-Araure, Cabimas, Puerto Cabello, San Felipe, El Tigre, Cantaura-Anaco,
Cumaná, Carúpano y se ampliaron los siguientes: Hospital Universitario de
Maracaibo, Barcelona, Maracay, Valencia, San Cristóbal, Valera, Ciudad Bolívar,
Villa de Cura, Río Caribe, Cumanacoa, Tovar, Colón, Upata, Caicara del Orinoco,
Quibor, Tucupita, El Vigía y Caja Vieja.
Con esto se
logró disminuir la tasa de mortalidad infantil hasta 41,6 en 1968, cuando en
1958 esa tasa era de 64,4.
Se inició
la construcción de grandes obras como: el Complejo Parque Central y el Metro de
Caracas, que culminarían después Rafael Caldera y Luis Herrera Campins,
respectivamente. Se creó la Fundación del Niño, el Instituto de Cultura y
Bellas Artes (INCIBA) y el Premio Rómulo Gallegos.
viernes, 27
de noviembre de 2015
La historia los reinvindicará (IV de
X)
“El gocho pa’l 88”
A Carlos
Andrés Pérez lo vi por primera vez siendo candidato presidencial en 1973, yo comenzaba mis estudios de Comunicación Social en la UCV. Era
ese CAP enérgico, súper dinámico, que atraía a inmensas masas de todas las
clases sociales, pero en mí no provocaba ningún entusiasmo.
Fue un
sábado cuando desde el balcón de mi apartamento, de Socorro a Calero (parroquia
Candelaria) y con plena vista sobre la avenida Urdaneta de Caracas- la torre
financiera Latina, en construcción, tapó luego nuestra vista- lo vi pasar raudo
y veloz.
No sentí
por él ni frío ni calor, yo simpatizaba con la izquierda, y con sus perdedores
candidatos como José Vicente Rangel y Teodoro Petkoff. Siempre perdía mis
votos, pero seguía votando así. Afortunadamente, y eso da paz a mi conciencia,
nunca voté por Chávez ni por los partidos que lo apoyaron, lo consideraba –y
aun hoy lo creo- un simple golpista, militar autoritario y nada revolucionario,
mucho menos de ideología de izquierda ni socialista.
Ese sábado
se cumplía una marcha de mujeres con CAP, vi la adoración de las féminas que
por miles de miles acompañaron al aspirante presidencial, convertido poco
después en uno de los mandatarios más populares de Venezuela y con gran
repercusión internacional. Todo un
líder, que contó con la suerte de tener el precio del barril de crudo en alza
constante.
Siendo ya
presidente, me tocó cubrir los últimos meses de su mandato, y pude ver en
Miraflores una visita que, según supe, hacían con cierta regularidad: en el
propio despacho mirafloriano y con CAP al frente del escritorio presidencial,
nada más y nada menos que a Marcel Granier y Gustavo Cisneros, para esa época
cuñados y amigos.
Fue más
fácil para mí atar los cabos de por qué empresarios como Cisneros, pasaron de
ser exitosos, a multimillonarios. Las
compras de empresas por parte de Cisneros, en cualquier parte del mundo,
repercutieron en las páginas de los diarios nacionales e internacionales.
Los
allegados de CAP aprovecharon sus extraordinarias influencias y relaciones para
sacar provecho económico. Creo que hubo acuerdos de ciertos sectores, entre
ellos un gran diario de circulación Nacional, con sus “Notables” y todo,
quienes hicieron campaña contra él –y de paso, contra los partidos políticos-
con el interés de generar una atmósfera de catástrofe en el país de donde poder
sacar del sombrero a un “salvador”, un Presidente “aliado” y “domesticado”.
Trabajaba
en El Universal cuando se produjo el “Caracazo” y sentí la presión de la
“competencia” frente a mis informaciones objetivas y neutrales sobre la
situación del país, infiero que para la competencia dicha situación era
terrible y ameritaba un cambio de timón en Venezuela.
En mis
reseñas periodísticas sobre el Caracazo, dejé ver -porque era imposible saber
la verdad de esos acontecimientos para el momento- que fueron provocados,
incluso escribí que la zona bancaria por excelencia, la Av. Urdaneta –desde el
Banco Central hasta numerosas agencias de instituciones bancarias- no sufrió
daños durante esos cruentos sucesos.
Hoy creo
que los prepararon los chavistas de entonces; a ellos se sumó la delincuencia
que saqueó a gusto. Los resultados son conocidos, lo que debe saberse ahora es
quiénes estuvieron detrás de esos acontecimientos.
En cuanto a
la acusación que se le hizo de malversación de fondos públicos durante su
segundo mandato, la raíz de todo parece estar en el uso de 250 millones de
bolívares de la partida secreta, destinados a brindar asesoría y custodia a la
Presidenta de Nicaragua, Violeta Chamorro.
Fuimos
testigos presenciales cuando durante la presidencia de Herrera Campins, su
gobierno hizo lo propio para asistir a la mandataria nica, no nos consta si se
usó dinero del Estado para eso, pero sí que personal de la Casa Militar de
Venezuela prestó colaboración en ese sentido. Y no se hizo escándalo ni mención
del caso, simplemente quedó como un caliche más.
Sin
embargo, en muchos sectores se comentaba que Gustavo Cisneros era el testaferro
de Pérez, versión ésta que no ha podido ser verificada, pero tampoco
desmentida.
Su partido,
Acción Democrática, se sumó al coro que pedía su renuncia al cargo, y así lo
decidió la mayoría en el antiguo Congreso Nacional. CAP sí aceptó la renuncia.
Personalmente,
interactúe con él como reportera de El Impulso enviada a la cobertura de la
firma del Tratado Torrijos-Carter, en Panamá (1979), donde si bien ya no era
presidente, fue testigo invitado especialmente por su amigo el mandatario
panameño Omar Torrijos. CAP había entregado el mando a Luis Herrera Campins,
con quien viajamos al istmo caribeño los periodistas que cubríamos la fuente gubernamental.
La noche antes del viaje, LHC había dirigido una alocución a la nación en la
que la prensa destacó en grandes
titulares sus palabras: “Recibo un país hipotecado”.
Por
supuesto, apenas llegamos al hotel,
todos los periodistas venezolanos nos dirigimos a la habitación donde
estaba alojado el ex presidente tachirense, a quien le cayó una avalancha de
preguntas sobre el tema del endeudamiento denunciado por su sucesor.
CAP, en su
habitual galantería y “pantallerismo”, me invitó a tomar un trago en su
habitación en horas de la noche, lo cual, por supuesto, ignoré, pero que
provocó que mis colegas dijeran que el hombre me estaba “echando los perros”,
como decimos los venezolanos.
Ese fue
nuestro único encuentro, porque durante su segundo mandato, no cubría ya la
fuente presidencial ni tuve ocasión de participar en algún evento periodístico
donde él estuviera. Murió en 2010 en la ciudad de Miami, donde se había
refugiado luego de sufrir aquí el rechazo de hasta sus propios compañeros de
partido.
miércoles,
2 de diciembre de 2015
La historia los reinvindicará (V de
X)
“Tá barato dame dos”
Durante el
primer mandato de CAP (1973-1979), el país fue conocido con el apodo de
«Venezuela Saudita» debido al flujo de petrodólares que ingresaron por la
exportación del petróleo venezolano como consecuencia del embargo árabe de
crudo.
Una
poderosa y masiva clase media nació en Venezuela, y la población tuvo grandes
oportunidades de ascenso educativo, cultural, social y económico. Los precios
del petróleo subieron de 1,92 dólares por barril en 1970 a 4,42 en 1973 y 14,35
en 1974. Venezuela cambió, y el venezolano, en líneas generales, adquirió
nuevos hábitos de conducta: Nos hicimos famosos en el extranjero por nuestro
excesivo consumismo, se repetían frases como “Tá barato, dame dos” y “la nevera
está full”. Lamentablemente, algunos otros repetían “no me den, pónganme donde
haiga”.
La
Fundación Gran Mariscal de Ayacucho, que financiaba el 100% de las becas de
postgrado para aquellos profesionales
universitarios que quisieran estudiar en cualquier universidad del
mundo, así como la creación del Sistema de Orquestas juveniles Gran Mariscal de
Ayacucho, la creación del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, destacan
entre los grandes aportes de su primer gobierno solamente en el campo
educativo-cultural, pero, creemos que su gran legado fue la nacionalización de
la industria petrolera y, posteriormente, la del hierro, y, sobre todo, la
creación de PDVSA considerada durante varias décadas entre las mejores 10
empresas a nivel mundial, con la meritocracia como uno de sus principales
distintivos.
En general,
la población tuvo la oportunidad de comprar vivienda y vehículos propios, viajar frecuentemente al
exterior y dar calidad de educación a sus hijos. Logró la incorporación al
sistema de educación escolar formal de los niños entre 6 y 11 años, y se
crearon más de once instituciones de educación superior.
Pero la
deuda nacional interna y externa paso de 8.434 millones de bolívares en 1973 a
más de 100.000 millones de bolívares al final del quinquenio.
Su segundo
mandato (1989-1993), a diferencia del anterior, estuvo marcado por escándalos
de corrupción que culminarían con su separación del cargo, ante la declaración
de procedencia de antejuicio de mérito por parte de la Corte Suprema de
Justicia, acusado de malversación de fondos públicos y fraude a la nación, y la
crisis social manifiesta en el llamado “Caracazo”.
Uno de los
programas sociales más avanzados fue, en mi opinión, la beca alimentaria,
aprobado para paliar las consecuencias del programa de ajustes económicos en
los sectores populares. Cubría para El Universal la fuente de Educación y me
tocó seguir este programa desde sus inicios, y aunque hice muchas críticas de
él –creo que exageradamente- hoy puedo
ver en frío sus bondades.
Se pagaba
un cheque mensualmente a los padres o representantes de todas las escuelas
ubicadas en zonas populares, públicas o privadas, la única condición es que
estuviera ubicada en un sector populoso; a los niños se les daba el bulto con
los útiles escolares y el uniforme completo. No se exigió NUNCA filiación
política de ningún tipo.
¿Las
críticas? Que el dinero era utilizado para comprar licores y jugar “terminales”
y al 5 y 6. Sin duda que los medios fueron implacables.
Tanto los
escándalos de corrupción, como el Caracazo y su “ruidosa” relación con Cecilia
Matos, fueron utilizados como argumento por Hugo Chávez y Hernán Gruber Odremán para dos intentos de golpe de Estado
el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992, respectivamente.
Al ser
separado de sus funciones por el Congreso Nacional el 21 de mayo de 1993 por el
delito de malversación de fondos públicos, se convirtió en el único presidente
en ejercicio en la historia del país, en ser destituido por una acción
judicial.
El balance
de sus dos gestiones requeriría muchas cuartillas y miles de caracteres. Sin
embargo, pese a las obras faraónicas que
programó en su primera gestión -muchas de ellas se hicieron, cuestionadas o
aplaudidas-, el despilfarro de cuantiosos recursos, al punto de que al final de
su mandato los ingresos eran insuficientes para financiar los gastos públicos,
sin dudas fue el inicio de la etapa de la corrupción administrativa y de la
aparición de grandes fortunas, nacidas en menos de un lustro.
Su lema
inicial: “manejar la abundancia con criterio de escasez”, quedó como frase hueca.
Sin
embargo, esta situación no es comparable con los hechos actuales, aquí no se
puede hablar de corrupción administrativa sino de SAQUEO, todos recordamos las
palabras de Jorge Giordani -ministro de Planificación del gobierno de Hugo
Chávez durante muchos años-, en las cuales denunció la “desaparición” de más de
25 mil millones de dólares nada más entre empresas de maletín y allegados del
gobierno chavista.
El programa
de medidas económicas emprendido por CAP para intentar revertir su desacertada
política económica anterior, conocido popularmente como paquetazo neoliberal,
fueron detonantes para el “Caracazo” o “sacudón”, que los chavistas
consideraron la génesis del nacimiento
de su movimiento y la justificación de los fracasados intentos golpistas del
año 92.
La historia los reinvindicará ( VI
de X)
La banca me engañó
Del tiempo
que cubrí la gestión de Jaime Lusinchi puedo decir que fue –hasta ese momento
-el mandatario más hostil con los periodistas y los medios de comunicación en
general. El cambio de estilo con su predecesor, Luis Herrera Campíns, fue de
180º. De ingresar a Miraflores por la puerta principal y tener libre ingreso a
la mayoría de sus instalaciones, los periodistas pasamos a tener que hacer
diligencias para el acceso, y eso por la puerta lateral, llamada Prevención. El
ambiente interno era de cierta hostilidad y dificultades para contactar a los
entrevistados.
Tanto así
que un incidente menor, con el reportero Luis García, de Venezolana de
Televisión, lo catapultó a la fama al convertirlo en una especie de “mártir”
del gobierno. Lusinchi, ante una insistente pregunta del reportero, le
respondió algo así como que “tú a mí no me jodes”, y se formó la sampablera;
por supuesto, ni remotamente comparable con las agresiones que después han
recibido y continúan recibiendo periodistas y medios por parte del régimen
vigente: lesiones físicas, daño y decomiso de equipos, cierre de fuentes y
medios de comunicación social, hegemonía comunicacional.
En todo
caso, las relaciones fueron muy difíciles, al punto que algunos periódicos
tenían dificultades para obtener los dólares preferenciales para las
importaciones de papel periódico. El Nacional, por ejemplo, sufrió seriamente
este problema; desde la redacción de El Universal nos enteramos que suministraban este insumo al diario de Puerto Escondido,
donde estaba su antigua y original sede.
Mientras
esto ocurría, se denunciaban casos de presunta corrupción administrativa, como
el escandaloso Recadi y el tristemente
célebre “chinito”, el único sancionado por esta situación; así como la cada vez
más asfixiante intervención de Blanca Ibañez, la pareja del mandatario, en las decisiones más importantes de la
administración pública. Muchos recuerdan como al final del período de Lusinchi,
éste dijo una frase-excusa, que fue duramente cuestionada y causó malestar por
su cinismo: “la banca internacional me engañó”, muy al actual estilo chavista.
A Lusinchi,
a quien veíamos con frecuencia durante su ejercicio parlamentario, lo entrevisté durante la campaña electoral en
visita realizada al dueño de El
Universal para ese momento, Luis Teófilo Núñez Arismendi, en su oficina del
diario. Estuvo acompañado por Carlos Croes, nuestro jefe de redacción y quien
tras el triunfo electoral, pasó a ser Cónsul en Nueva York y Ministro de
Información y de la Secretaría, respectivamente. En Miraflores, durante el
tiempo que duró nuestra cobertura allí, no tuve oportunidad –ni él estaba
dispuesto- a sostener comunicación periodística. El Palacio de Misia Jacinta se
volvió infranqueable a los periodistas.
Hay una
anécdota que vivimos en carne propia y que describe mejor la personalidad de
este hombre. Un día, aproximadamente a las 7 de la noche y quedando pocos
compañeros en la redacción, se presenta el propio Lusinchi, acompañado de Croes
–no preciso si era ministro de Secretaría o de Información para ese momento- y
sus edecanes, pero no entró por el acceso directo a la oficina del Dr. Núñez,
sino por la redacción. Estaba visiblemente “entonado, prendido”, y pedía al Dr.
Núñez que le sacará una botella de whisky. Suponemos que Croes y el editor se
habían puesto de acuerdo para no proporcionarle más licor. También estaba
visiblemente lloroso, y en un astado de ánimo terrible ¿La causa? Un
desencuentro con Blanca Ibáñez. A mi
escritorio se acercó y en tono medio jocoso me dijo que tenía cara de pícara,
así le hizo comentarios a otros colegas, quienes aprovechamos la oportunidad de
escaparnos a Los Cambados, un botiquín que quedaba en una estrecha y fea calle,
detrás del periódico y a donde acudíamos con frecuencia a tomarnos unas
cervezas, comer tortilla española que nos preparaba el dueño y, sobre todo,
relajarnos un poco antes de irnos a casa. Luego supimos que en la redacción se
las vieron negras para hacer desistir a Lusinchi de ir también a Los Cambados.
Centro de
su gestión
Como la
historia ya está escrita y para no caer en repeticiones, colocaré a
continuación, un resumen de los hechos más resaltantes de este gobierno
1984-1989. Tomado de monografías.com
http://www.monografias.com/trabajos88/gobierno-jaime-lusinchi-1984-1989/gobierno-jaime-lusinchi-1984-1989.shtml#ixzz3sDHIA4nE (Enviado por Omar Gómez Castañeda )
Es el sexto
gobierno del sistema democrático iniciado en 1958. Jaime Lusinchi fue el
candidato del partido Acción Democrática (AD) en los comicios que se realizaron
el 4 de diciembre de 1983. Triunfó con 3.775.341 votos, mientras el candidato
por el partido socialcristiano COPEI, el ex Presidente Rafael Caldera, obtuvo
el segundo lugar con 2.298.176, lo cual significó una diferencia de casi millón
y medio de votos.
En términos
porcentuales Lusinchi ganó con el 56,5% de los votos contra un 30,6% de
Caldera. El triunfo de AD en las tarjetas pequeñas también fue holgado,
obteniendo 113 diputados y 28 senadores, lo que le otorgó al Gobierno una
mayoría sólida en ambas cámaras del Congreso Nacional. Pese a la abrumadora
victoria, el doctor Lusinchi inició su gestión de gobierno, el 2 de febrero de
1984, con palabras que reflejaban modestia y conciliación. Le tocaban tiempos
difíciles, pues hacía un año que la moneda había sido devaluada, eran comunes
las fallas en los servicios públicos y la corrupción administrativa hecha
pública contribuía a oscurecer más el panorama. A todo esto se agregaba el
problema de la deuda interna y externa que daba un relieve dramático a la
coyuntura, al reducir las posibilidades de implementar soluciones.
Pueden
señalarse tres elementos claves en el gobierno de Lusinchi, por su alcance e
impacto en el futuro inmediato de Venezuela: La reforma del Estado a través de
la creación de la COPRE, el refinanciamiento de la deuda externa, y el
agravamiento de los casos de corrupción. Es un triste recuerdo la actuación de
su secretaria privada la tan nombrada y poderosa Blanca Ibáñez, "filtraba
todo acceso al presidente, nombraba y destituía funcionarios, decidía sobre los
beneficios de los contratos de obras públicas y hasta seleccionaba los ascensos
a generales de las fuerzas armadas, en una moderna versión de república
bananera." Afirma Vladimir Pérez.
El 24 de
febrero, el presidente Lusinchi precisa su política económica. En materia
monetaria varía el esquema impuesto por el gobierno precedente. Se establecen
cuatro tipos diferenciales de cambio:
•El de Bs.
4,30 por US$ (fijado por la administración de Herrera Campins) se prorroga
hasta diciembre de 1985, otorgado para el pago de cuotas de capital de las
deudas externas, para los estudiantes en el exterior y para medicinas y
alimentos especificados en resolución del Ministerio de Hacienda; el de Bs. 6
por US$ para la venta de divisas de los sectores petrolero y del hierro; el de
7,50 para las transacciones comerciales y financieras, privadas o públicas; y
el dólar fluctuante", cuyo tipo de cambio será fijado por el libre juego
de la oferta y la demanda. Anuncia una drástica baja de las tasas de interés;
fija una política laboral compensatoria del bajo nivel de vida.
Otros
hechos relevantes lo constituyen:
•Las quejas interpuestas ante la Sociedad Interamericana de Prensa, ya que
a lo largo del período presidencial resulto muy difícil para los medios
impresos, mantener una posición independiente del gobierno o criticarlo
modestamente, pues éste era muy "sensible" y manejaba según sus
conveniencias, entre otros recursos, las cuotas de dólares preferenciales a Bs.
7,50 para la compra de papel importado, necesario para la supervivencia de los
impresos.
•La
combinación de la represión, junto con una eficaz política de propaganda de
gobierno dirigida desde la Oficina Central de Información (OCEI), impidió que
la mayor parte de las irregularidades administrativas y los abusos de poder
salieran a la luz pública. Sería sólo posteriormente, al iniciarse el gobierno
de Carlos Andrés Pérez, cuando se reveló lo que puede calificarse como el peor
hecho de corrupción hasta ese momento: el escándalo del tráfico de influencias
en el otorgamiento de dólares preferenciales a través del Régimen de Cambios
Diferenciales (RECADI), lo que no había trascendido más allá de los rumores
durante el quinquenio, comenzó a investigarse más libremente una vez que
Lusinchi dejó la presidencia.
Ya a
mediados de 1989, se denunció la malversación de fondos de la partida secreta
del Ministerio de Relaciones Interiores por parte del ex presidente Lusinchi y
su ministro José Ángel Ciliberto, para la compra de un conjunto de jeeps que,
lejos de destinarse a actividades vinculadas con la seguridad del Estado,
sirvieron primero para la campaña interna en AD del precandidato Octavio
Lepage, para luego ser utilizados en la campaña electoral de 1988 y quedando
posteriormente en manos de algunos militares y allegados al partido Acción
Democrática (AD). Esta denuncia desemboca en agosto de 1993, en la decisión de
la Corte Suprema de Justicia de encontrar méritos para enjuiciar al ex
presidente y la aprobación del Congreso del levantamiento de su inmunidad
parlamentaria. "Venezuela sufre una fuerte crisis económica, un agudo
desorden administrativo del Estado y se evidencian casos de corrupción
generalizada, vinculadas con personalidades del escenario político actual. El
nepotismo también transciende el tiempo, el 21 de Noviembre de
1993, en el
Registro Primero Mercantil del Distrito Federal y Estado Miranda, a cargo de
Maria Teresa Lusinchi Castillo, hija de Jaime Lusinchi.”
Lusinchi e
Ibáñez son acusados por delitos contra el patrimonio público de la nación en la
década de los '90. En 1995 Ibáñez se exilia en Costa Rica y Lusinchi también
parte al exterior poco después, tras una orden de prohibición de salida del
país dictada en su contra durante el proceso judicial.
Obras,
trabajos e incidentes
Durante
esta gestión de gobierno se construye en Caracas, el Paseo Vargas, el moderno y
excelentemente planificado Complejo Habitacional Juan Pablo II, destinado
fundamentalmente a la clase media profesional,
obra icónica de carácter residencial que aportó un nuevo concepto de
hábitat para la época. Ubicada al oeste de la ciudad de Caracas, fue ejecutada
por el Centro Simón Bolívar, y lleva su nombre en honor a la visita de su
Santidad Juan Pablo II en 1985. Una de las características fundamentales de
estas residencias, es su novedoso y funcional diseño urbanístico por parcelas,
transformando el sistema de 4 edificaciones aisladas en una estructura de súper
manzanas, integradas por espacios públicos y semi-públicos, donde destaca la
llamada pirámide invertida. Cuenta con centros comerciales (Uslar, La Villa,
Páez, Euba y Caracas), parques y jardinerías, biblioteca, iglesia y tiene una
gran cantidad de institutos educativos de varios niveles. Sus arquitectos fueron Wenceslao López
Suárez, Juan José Ramírez y Ramón Manaure Trujillo.
Asimismo, el tramo del Metro de Caracas Zoológico/Las
Adjuntas-El Silencio, se erige la Represa del Río Turimiquire (Edo. Monagas),
el comienzo de la construcción de la Autopista de Oriente, la fabricación de
331.615 viviendas, y el inicio de la Comisión para la Reforma del Estado
(COPRE), con la cual años después, se lograría la descentralización de las
regiones.
Hubo un
fuerte repunte de la actividad agropecuaria, al punto de que se hablaba del
“milagro agrícola”. También durante este período, en 1985, el país recibe por
primera vez la visita de un Papa, Juan Pablo II. Y en 1987, la incursión de la
corbeta colombiana Caldas en mares venezolanos, puso a prueba la eficacia
militar y diplomática de Venezuela ante Colombia y las naciones vecinas.
lunes, 7 de
diciembre de 2015
La historia los reinvindicará (VII
de X)
La etapa verde
El Dr. Caldera
A Rafael
Caldera nunca le hice cobertura periodística como Presidente de la República durante
sus dos mandatos, más sí como senador vitalicio.
A grandes
rasgos, sus obras más notorias durante el primer gobierno del fundador de
Copei, abogado, ex Procurador General de la Nación, docente, uno de los pilares
del Pacto de Punto Fijo, especialista y redactor de la primera Ley del Trabajo
y reformador de la ley vigente, docente universitario y escritor fructífero,
fueron (1969-1974):
•Pacificación
del país, incorporando a los grupos guerrilleros en lucha armada, a la vida
democrática.
•Denuncia
del Tratado de comercio con los Estados Unidos, estableciendo relaciones
diplomáticas con todos los países, incluyendo la Unión Soviética, y
fortaleciendo la OPEP, lo que redundó en el aumento de los precios del petróleo
al final del período (de $2 a 14$).
•Incorporación
de los trabajadores del campo a la protección de la Ley del Trabajo (nuevo
Reglamento).
•Construcción
de más de 100 mil viviendas en 1973 y cantidades parecidas en los otros años de
su periodo gubernamental.
•Equilibrio
fiscal, que permitió lograr una inflación de apenas el 14% en cinco años,
teniéndose un superávit en 1973, revaluando el bolívar de 4,50 a 4,30 por dólar
y creando 500 mil nuevos empleos aproximadamente, durante el quinquenio.
•Comienzo
de la carrera administrativa en el sector público, la implementación del
presupuesto-programa y la descentralización, con la creación de ocho (8)
regiones y sus respectivas corporaciones.
•Reversión
petrolera y la nacionalización del gas, aumentó la participación fiscal de 3,93
a 34,63 Bs. por cada barril de petróleo, fue descubierta la Faja Petrolífera
del Orinoco y rectificados los límites de Venezuela (aumento de 4.000 km
cuadrados aprox.).
•Incremento
de la matrícula escolar en 33,3% y el personal docente en 46,5%, se duplicó la
de educación media y triplicó la educación superior (inaugurados 23 nuevos
institutos, entre ellos, la Universidad Simón Bolívar y el Instituto de Altos
Estudios de la Defensa Nacional).
•3.354
nuevas camas hospitalarias.
•Construcción
del Poliedro de Caracas, Parque Central, los Edificios del Banco Central de
Venezuela, el Ministerio de Educación y los Tribunales de la República, el
distribuidor Ciempiés, el segundo piso de la Autopista del Este, la
prolongación de la Cota Mil desde la Castellana al Marqués y su enlace con la
autopista del Este, la autopista Prados del Este-La Trinidad, inauguración del
Hospital Miguel Pérez Carreño, y comienzo del desarrollo del Metro de Caracas.
•Decreto de
la zona protectora de Caracas, creación del Instituto Nacional de Parques; el
puerto y aeropuerto de la Isla de Margarita y la creación de su Zona Franca; al
igual que la Zona Franca de Paraguaná, el complejo turístico de El Morro en
Lecherías, el canal de alivio del Neverí y del Manzanares en Cumaná; el
aeropuerto de La Chinita, el Paseo Ciencias y toda la renovación urbana de
Maracaibo; la represa José Antonio Páez en Santo Domingo (Mérida), la segunda
etapa del Guri, y desarrollo de la Conquista del Sur en Guayana y Amazonas.
•Inicio de
la autopista centro-occidental, con el tramo Barquisimeto-Yaritagua;
lanzamiento del programa integral de Desarrollo Agrícola (PRIDA) y los módulos
de Mantecal, en Apure; construyó las represas Cumaripa, Cabuy y Guaremal, en
Yaracuy, y Dos Cerritos y Pao-Cachiche, en Lara y Cojedes; la autopista Valencia-Campo
de Carabobo, el Puente sobre el Río Limón en la Goajira, la catedral de San
Felipe, el Ateneo de Caracas, el Teatro de la Opera de Maracay, y los Museos de
Arte Contemporáneo en Caracas y Jesús Soto en Ciudad Bolívar.
En su
programa de vivienda es destacable la construcción de la urbanización Caricuao
-unos 250 edificios, de 14 pisos y 80 apartamentos -, hoy una de las parroquias
más consolidadas de Caracas –igual se edificaron urbanizaciones así en otras
zonas del país, como en Guaracarumbo, Estado Vargas- al igual que el moderno
urbanismo (para entonces) Parque Central; superados después por la Urb. Juan
Pablo II, realizada por la gestión de Jaime Lusinchi.
Pero hay
que admitir que durante la etapa de la llamada IV República, se construyó el 90%
de todas las urbanizaciones de Venezuela: de interés social, clase media, clase
alta, por parte del sector público, sector privado o en combinación entre ambos
sectores.
Vale
destacar que estas viviendas, de interés social y clase media, fueron realizadas
bajo estrictos criterios de exigencias de urbanismo y planificación urbana.
Casi todos disponían de transporte público, escuelas y liceos, bibliotecas,
locales comerciales y hasta iglesia; lejos de desmejorar la ciudad, mejoraban
su respectivo entorno.
•Al
finalizar el período presidencial, la deuda total del país, interna y externa,
se calculaba en 7.100 millones de bolívares y los ingresos estimados para 1974
eran de 42.000 millones de bolívares y el presupuesto estimado de 15.000
millones.
sábado, 12
de diciembre de 2015
La historia los reinvindicará (VIII
de X)
“El chiripero” (1994-1999)
En sus dos
períodos de gobierno, Caldera tuvo que gobernar en minoría parlamentaria y con
bajos precios del petróleo; el crudo rondó los 7 dólares por barril en los años
90.
Recibió la
presidencia en el contexto de una de las crisis más graves vividas en
Venezuela, la intervención del Banco Latino por parte de su antecesor, Dr.
Ramón J. Velásquez y el efecto dominó que se produjo en el sistema financiero
nacional.
La baja de
los precios del crudo llevó a su gobierno a concretar acuerdos con el FMI y a
aplicar un plan de medidas económicas conocido como la Agenda Venezuela, con
gran rechazo general, disparando los niveles de impopularidad de su gobierno.
Esto produjo, adicionalmente, una ola de quiebra de empresas y de fuga de
capitales.
Por mucho
tiempo, la inestabilidad social hacía prever a muchos sectores que no llegaría
al final de su mandato, pero ello no ocurrió así, y en las elecciones de 1998
obtuvo el triunfo el Ttcnel Hugo Chávez.
El costo de
la crisis financiera (16% del PIB) y los bajos precios del petróleo
obstaculizaron seriamente los planes y proyectos que tenía para este período e
incidió negativamente sobre la inflación, que llegó a altísimos niveles. Aun
así, se puede resumir:
•Pacificación
militar, después de los golpes sufridos el 4 de febrero y 27 de noviembre de
1992.
•Creación
del SENIAT, cambiando la cultura tributaria en el país, bajó la deuda externa
de 26.981 a 23.175 millones de dólares y creó el Fondo de Estabilización
Macroeconómico, para compensar en el futuro la baja en los precios del petróleo
y el déficit fiscal.
•Apertura
petrolera en forma transparente, y lanzamiento del programa de la Orimulsión.
Privatizó SIDOR, varias entidades bancarias, al igual que los hoteles Meliá
Caribe y Puerto La Cruz, Trujillo, Maracay, Tamá y Humboldt, con el sistema
teleférico que lo acompaña.
La venta de
VIASA, una de las mejores líneas aéreas del mundo, fue duramente cuestionada y
aún hoy muchos ex trabajadores reclaman el pago de sus prestaciones sociales
•Política
de acercamiento con Brasil, pretendiendo abrir el mercado de Amazonia para las
empresas venezolanas.
•Profundización
del proceso de descentralización con la transferencia de servicios en
diecisiete (17) estados y puso en marcha el FIDES, Fondo Intergubernamental
para la Descentralización.
•Acuerdo
tripartito para la modificación del régimen laboral, seguridad social y
pensiones que se esperaba desde hacía muchos años en el país.
•Mejoría de
los programas sociales existentes, como la beca alimentaria, el PAMI, hogares
de cuidado diario, multi hogares, y creó nuevos como el PROAL y el SUMET, para
la alimentación básica y suministro de medicamentos a los sectores populares.
Estos programas sociales se distribuyeron en todo el país y fueron supervisados
por representantes de la Conferencia Episcopal sin ninguna afinidad política
requerida.
•Creación
del Fondo de Fortalecimiento Social para abrir la participación ciudadana y la
solución de problemas a nivel vecinal.
•Construcción
de más de 350 mil unidades de vivienda en el quinquenio, y creó Fundabarrios,
que remodeló integralmente 1.894 barrios en todo el país.
•Inauguración
del Acueducto Regional del Centro, la represa Taguaza, la línea 3 del Metro de
Caracas, la Planta de Macagua, la carretera Mérida-El Vigía, el tramo San
Felipe-La Raya de la autopista Centro-Occidental, el tramo San Carlos-Agua
Blanca de la autopista José Antonio Páez; el tramo San Juan de Uchire-Clarines
de la autopista Rómulo Betancourt; el tramo Yagua-Puerto Cabello de la
autopista Regional del Centro; el distribuidor Guacuco en la vía Pampatar-La
Asunción-Juan Griego, y adelantó sustancialmente las obras del ferrocarril
Caracas-Cúa.
•Construcción
de Yare II y El Rodeo II y los nuevos centros de Mérida y Barquisimeto, y
demolió el Retén de Catia. Dejó en proceso la creación de 1.720 puestos nuevos
para reclusos y la recuperación de 9 penales.
•Creación
de Prodessur, para el desarrollo del sur, adelantó la construcción de Ciudad
Sucre en la parte más occidental del Estado Apure, y construyó una plataforma
para la presencia venezolana y defensa territorial en el archipiélago Los
Monjes.
•Construcción
de la ciudad deportiva de San Felipe; inauguró los Museos Jacobo Borges y Cruz
Diez en Caracas; el Templo de La Coromoto en Guanare; fortaleció el Sistema de
Orquestas juveniles e infantiles y adelantó el proyecto Yacambú-Quíbor,
llevando el túnel de transvase y la presa a un 73,61% y 83,99% de su
construcción, respectivamente.
•La
dificultad de contar con recursos públicos llevó a desarrollar programas con el
sector privado, tales como “Cada empresa una escuela” y “Un cariño para mi
ciudad”, en la recuperación de escuelas y espacios verdes.
jueves, 17
de diciembre de 2015
La historia los reinvindicará (IX de
X)
El Señor Toronto
El gobierno
de Luis Herrera Campins sí lo cubrí, y de cerca, desde el propio palacio de
gobierno. Creo que ha sido subestimado como consecuencia de su enfrentamiento a
los poderosísimos editores y medios de comunicación de la época.
Conocido
popularmente por varios “motes” fue el de “Toronto” el más usado, por su
afición a esta golosina venezolana elaborada con chocolate y avellana.
Su gestión
presidencial fue efectiva, discreta y sobria, especialmente su política
internacional, particularmente la realizada en Centroamérica, cuya situación de
violencia política amenazaba a esos países y sus vecinos, y la cual ayudó
realmente a mejorar.
¿Su gran
falta? Devaluar el bolívar al final de su mandato, hecho conocido como el
“viernes negro”, la justificación dada por sus voceros fue que la fuga de
divisas había desangrado el país, pero las consecuencias aún las vivimos.
Como
persona de una sencillez, humanidad y sobriedad ejemplar, de él se hicieron
muchas bromas, incluso burlas, estimuladas por algunos medios de comunicación
social, que en principio lo enfrentaban desde el Bloque de Prensa y luego desde
el Consejo de los Medios que él, irónicamente llamó el “Consejo de los Reales”.
Abrió el
Palacio de Miraflores para que, en visitas guiadas, la colectividad conociera personalmente
la sede del gobierno; creó las audiencias presidenciales, las cuales atendía
personalmente cada lunes en la “Casa de Misia Jacinta”, destinadas a atender
problemas planteados por sectores populares.
Los
periodistas nunca estuvimos mejor atendidos en Palacio. Allí, en el edificio
administrativo, funcionaba una enorme sala de prensa –“Jesús Lossada Rondón”-
en la cual cada corresponsal tenía su propio cubículo dotado de todo lo
necesario para realizar su trabajo; los reporteros teníamos acceso a casi todas
las dependencias, podíamos almorzar en el comedor del personal administrativo;
tropezábamos con él con frecuencia en los pasillos y, cosa rara!!: la Casa
Militar fue bastante flexible, a pesar de las constantes quejas que los
periodistas hacíamos por la actuación de los uniformados y civiles que la
conformaban. Se acordó así que ambas partes nos reuniéramos semanalmente para
almorzar juntos y cordializar, nos dieron carnets especiales para comprar en
los almacenes militares, y LHC ofrecía una rueda de prensa semanal; por
supuesto, estábamos incluidos en las numerosas visitas de Estado que realizó a
otros países.
Su
sencillez y trato cordial lo mostraban como una persona de buen humor, siempre
dispuesto al chiste y las frases jocosas como “Tarde piaste pajarito”;
acostumbraba detener la discreta caravana presidencial para comer unas
empanadas en algún quiosco de cualquier calle caraqueña.
Muchas
veces lo vi desde el balcón de mi apartamento en la Urb. La Florida, cuando
descendía de su carro para tratarse con un odontólogo que mantenía su modesto
consultorio frente a nuestro edificio.
Solía usar
sólo dos corbatas, y decía que eran suficientes “siempre que fueran del color
de los ojos de su amada”. Igualmente, sus fluxes, y el traje tipo “safari”,
moda que impuso entre el público masculino.
Pero los
medios sólo se ocupaban de la parte negativa de la gestión gubernamental,
quizás a raíz de una de las más costosas sanciones que se le hayan aplicado
hasta ese momento, prohibir la publicidad de licor y cigarrillos, dos
multimillonarias industrias, que redundó en pérdidas enormes para los medios,
con eso cualquiera se gana ojeriza.
Después de
entregar la presidencia de Venezuela, se alejó de la vida pública (si bien en
1995 resultó elegido por consenso como presidente de COPEI). Muere pobre en la
ciudad de Caracas el 9 de noviembre de 2007, a los 81 años de edad, debido a
una enfermedad renal y diabetes que lo aquejaron durante sus dos últimos años
de vida. Requirió de la colaboración económica de sus allegados para costear el
tratamiento de sus dolencias.
De lo que
se puede resumir de su gestión, destaca:
Fue un
período donde se completaron importantes obras de infraestructura, por ejemplo:
el complejo Parque Central, el Teatro Teresa Carreño, la primera fase de la
línea 1 del Metro de Caracas, el Estadio Brígido Iriarte, el Parque Naciones
Unidas en el cual quedaron inaugurados los IX Juegos Panamericanos de 1983, el
inicio de la Autopista a Oriente, el impulso del agro, el monumento a la Virgen
de la Paz, etc.
Impulsó la
reforma del Código Civil y de la Ley de Educación.
Creó el
Ministerio de Estado para el Desarrollo de la Inteligencia a cargo de Luis
Alberto Machado, programa desestimado en Venezuela pero que sin embargo se
aplica exitosamente en otros países, como México, por ejemplo.
Autorizó
las emisiones de televisión a color.
Autorizó el
suministro del Lactovisoy, fórmula alimenticia complementaria para niños,
especialmente en edad escolar, que contiene proteína de soya, leche, harina de
arroz pre cocida, vitaminas y minerales. Esta fórmula es más barata que la
leche y contiene ingredientes que no están en
ella. Registrada por el Instituto Nacional de Nutrición, es fácil de
transportar y de envasar porque es un producto en polvo.
Los precios
del petróleo llegan entre 1980 y 1981 a niveles nunca antes vistos, pasaron en
ocasiones de los 30 dólares por barril, debido a la Guerra Irak-Irán y la política
de bloqueo que realizaron los países árabes contra los Estados Unidos y otros
países occidentales.
No obstante
los inmensos ingresos provenientes de la explotación petrolera, el país vio
aumentar su deuda externa, la cual había sido elevada ostensiblemente durante
el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Las
presiones para el pago de la deuda externa produjeron la devaluación del
Bolívar. Desde el llamado «Viernes Negro» en febrero de 1983, hasta fines del
gobierno del presidente Herrera Campins, la devaluación del Bolívar (Bs. 4,30
por dólar) osciló entre Bs. 12 y Bs. 15 por dólar.
Suprimió
toda publicidad audiovisual por radio y televisión dirigida a promover el
consumo de cigarrillos y bebidas alcohólicas, medida que redujo a largo plazo
la incidencia de tabaquismo en la población, pero le ganó una fuerte oposición
entre los dueños de los medios de comunicación social.
Durante el
conflicto de Las Malvinas mantuvo una posición firme contra la intervención
inglesa. Incluso, giró instrucciones a sus embajadores en Francia y Alemania
para que declararan que Venezuela estaba reconsiderando la compra de equipos
militares por cuatro mil millones de dólares.
martes, 22
de diciembre de 2015
La historia los reinvindicará (X)
Ramón “Jota”
Al
Presidente provisional Ramón J. Velásquez no lo cubrí como periodista, pero me
correspondió formar parte de su equipo de gobierno desde la Dirección General
de Información y Relaciones Públicas del Ministerio de Educación, mi debut en
la Administración Pública –en condiciones de comunicadora corporativa- luego de
varias décadas de actividad profesional como reportera.
Lo conocí
como senador jubilado, durante sus cotidianas estadías en el Palacio Federal
Legislativo, en los hermosos bancos que bordean la fuente de ese recinto
parlamentario. Sonreído y risueño, solía dar una especie de cátedra informativa
sobre importantes acontecimientos ocurridos en el país, y analizar hechos
trascendentes vistos desde su óptica de historiador y fructífero escritor.
Pero en
junio de 1993 le correspondió aceptar el nombramiento que de él hizo el antiguo
Congreso Nacional, para que sustituyera a Carlos Andrés Pérez, a quien se le
había solicitado la renuncia. Durante casi dos meses nos negamos a aceptar el
pedido de la Dra. Elizabeth de Caldera, su Ministra de Educación, para que
asumiéramos la Dirección de Información y Relaciones Públicas, finalmente en
agosto accedimos al planteamiento de nuestra amiga, dando inicio a una nueva,
diferente e importante etapa profesional en nuestra vida.
Aunque
estábamos en sintonía con él a través del "interministerial" desde el
despacho de la ministra, nunca más nos encontramos personalmente.
Un hecho
delicado y muy estresante para mí fue el día en que se suspendieron todas las
actividades docentes en el país, dado el agitado clima político y social que se
vivía y la cercanía de las elecciones presidenciales, de las cuales nadie se
atrevía a garantizar su realización.
Ese día, el
Presidente Velásquez cumplió diversas actividades fuera de Palacio y al mediodía
fue abordado por los periodistas sobre la agitación en las casas de estudio,
informando categórico que las clases no serían suspendidas. La ministra, por su
parte, cumplía su propia agenda en diversos actos. Ninguno de los dos se habían
enterado del agravamiento de la situación del país, incluso con numerosos
lesionados en los centros de estudios. Al llegar la Dra. Caldera a su despacho,
los directores le informamos de la situación y la mayoría le recomendó
suspender las actividades hasta enero. ¿Cómo contradecir al Presidente a quien
los periódicos ya habían dado grandes titulares con su declaración?
Presenciamos la conversación entre ambos, y cómo el Presidente autorizó a la
ministra a suspender las clases hasta enero.
Me
correspondió llamar personalmente a los jefes de información de El Nacional, El
Universal y Últimas Noticias para explicarles que no había contradicción entre
ambos funcionarios y muy por el contrario, la decisión de la suspensión fue
tomada en consenso en el alto gobierno. Afortunadamente los medios publicaron
la versión final ofrecida sobre el caso y nosotros superamos un fuerte estrés.
Poco tiempo
después, y ya retirado de la presidencia, supe de él por el Dr. Ramón Espinoza,
quien fue su Ministro de la Secretaría, y para quien presté servicios
profesionales en ProVenezuela como Directora de Información.
El Dr.
Espinoza nos relataba como J. Velásquez sufría de serias afecciones físicas que
dificultaban su gestión presidencial, y cómo se las ingeniaba para que fuera
atendido en Palacio, a cualquier hora y a cualquier día, sin que la opinión
pública se enterara de esta otra dificultad, dentro de la grave crisis que
vivía ya el país.
Pero se
llegó a las elecciones de diciembre de 1993 y le entregó la banda presidencial
a Rafael Caldera. Su gobierno de seis meses se caracterizó por convertir la
descentralización en una política nacional:
(http://www.elmundo.com.ve/noticias/actualidad/noticias/el-gobierno-de-ramon-j--velasquez.aspx)
Por tanto
una de sus primeras decisiones fue designar un Ministro de Estado para la
descentralización. Además creó la Comisión Nacional para la Descentralización y
el Consejo Territorial de Gobierno, con el fin de regular las relaciones
intergubernamentales y profundizar el proceso en el ámbito local junto a
gobernadores y alcaldes.
Creó el
fondo intergubernamental para la descentralización, con el objetivo de
establecer un mecanismo de financiamiento. En 1993, mediante Decreto-Ley, se
estableció el Impuesto Al Valor Agregado (IVA), vía Ley Habilitante.
También el
FIDES para administrar los recursos provenientes del IVA, el cual estaba
adscrito al Ministerio de Relaciones Interiores. La idea del fondo era apoyar
administrativa y financieramente el proceso de descentralización.
Desarrolló
varios reglamentos para su aplicación, entre ellos algunos mencionados
anteriormente y otros como para la desconcentración de atribuciones en materia
de transporte, nombramiento de directores de las dependencias de los
ministerios en los estados, creación del consejo de gobiernos del Área
Metropolitana de Caracas, transferencias a los estados de los servicios de
salud pública.
Narcoindulto
El Gobierno
de Velásquez fue opacado por el llamado "narcoindulto" a Larry Tovar
Acuña, caso en el que –según las versiones periodísticas- la secretaria del
expresidente obtuvo de forma irregular la firma del presidente para dejar en
libertad al narcotraficante, representante del cartel de Medellín en Venezuela.
Otros
hechos ocurridos bajo su breve gobierno incluyen la quiebra del Banco Latino
con la subsecuente fuga de divisas al exterior y la tragedia de Las Tejerías.
El
exgobernador Carlos Tablante, pionero en la descentralización administrativa,
escribe en su blog: “El Gobierno de transición de Ramón J. Velásquez (1993-94),
a pesar de su corto tiempo, se caracterizó por el impulso dado a la
descentralización, hasta el punto de convertirla en una política nacional. En
los convulsionados primeros años de la década de los noventa se había aprobado
la Ley Orgánica de Descentralización, Delimitación y Transferencia de
Competencias del Poder Público y se desarrollaba la primera experiencia de
gobernadores y alcaldes electos por el voto popular. Fue una tarea compleja que
ameritó mucho trabajo y perseverancia para que los estados y municipios
pudieran asumir nuevas competencias, debido a que quedaban viejas prácticas
centralistas, ejercidas por más de 30 años.
En 1992,
ocurren las dos intentonas golpistas y en 1993, con el juicio contra el
Presidente Carlos Andrés Pérez, le toca a Ramón J. Velásquez asumir el gobierno
de transición, impidiendo así que se quebrara la institucionalidad democrática.
(…) El
Fides fue un fondo alimentado a través del Impuesto al Valor Agregado (IVA). Un
porcentaje de la recaudación se quedaba en las regiones, para realizar obras u
optimizar servicios que permitieran elevar la calidad de vida de los
contribuyentes.
Durante mi
gestión como gobernador de Aragua, acompañado de un valioso equipo de expertos
y profesionales aragueños, firmamos con el Presidente Ramón J. Velásquez los
convenios de transferencia de Salud pública, Protección y atención al Menor y
Protección a la Tercera Edad, siendo nuestro estado el primero en asumir tales
responsabilidades.”
El
galáctico
De Hugo Chávez Frías nos encargaremos en otra
oportunidad, los hechos están muy recientes y muchos de ellos en pleno
desarrollo, por lo que no es conveniente apresurarnos a emitir opiniones sobre
estos acontecimientos.
Además, él pertenece a otra etapa de la vida
nacional, la llamada V República, y si la historia lo reivindicará está por
verse, muchas de sus políticas están en plena ejecución.
Sin embargo, sólo tuvimos contacto
periodístico con él en enero de 2000, cuando realizábamos una suplencia en la
Cancillería (el flamante nuevo Ministro de Relaciones Exteriores era José
Vicente Rangel). Estuvimos en la Dirección de Información durante dos meses y
nos correspondió cubrir la presentación del saludo del cuerpo diplomático
acreditado en Venezuela al Presidente de la República, actividad muy protocolar
hasta entonces en el país: se realizaba los primeros días de enero, a comienzo
de año, bajo un estricto protocolo.
Por supuesto, estuvo rodeado de gran cantidad
de colegas –especialmente jóvenes- y nos correspondió recoger con nuestro
grabador las respuestas que Chávez daba a los ansiosos periodistas.
Muy cerca de él apreciamos su porte físico, su
actitud ante los medios y su talante, nada parecido a lo que conocíamos de los
otros presidentes. Pero dejaremos para otro momento la narración de lo que
apreciamos ese día.
Sorprenderá a muchas personas que durante
nuestra “pasantía” por la Casa Amarilla recibimos de Fermín Lares, Director de
Información y Relaciones, el material impreso sobre la gestión en materia
internacional del nuevo gobierno –ya tenía un año en funciones- donde ya
estaban claramente definidos los lineamientos de “exportación de la Revolución”
como la penetración del Socialismo del Siglo XXI en América Latina, en primer
lugar, y progresivamente en todo el mundo.
Nada improvisado, como muchos creen que ha
sido la gestión de HCHF. Comenzó a rodar la espada de Bolívar por América
Latina. En estas actividades se invirtieron muchísimos millones de dólares. La
injerencia en Argentina, donde se acusó al gobierno venezolano de financiar a
piqueteros que luego dieron al traste con el gobierno de Fernando de La Rúa, el
financiamiento de la primera campaña electoral del mexicano López Obrador –se
encontraron con el enfrentamiento del Presidente Vicente Fox-, igual situación
en Bolivia y Ecuador, donde dólares venezolanos “influyeron” en el cambio de
rumbo político en esos países; las dificultades para incursionar libremente en
Colombia y Perú a pesar de los serios intentos, en fin, fue una política
masiva, intensa y costosa, pero a nuestro juicio planificada por José Vicente
Rangel y asesores, y ejecutada, entre otras personas por Elías Jaua.
Sin lugar a dudas, los frutos fueron
favorables al Socialismo del Siglo XXI y hasta ahora los hechos lo han
demostrado fehacientemente. Pero, repetimos, eso fue en el año 2000, lo cual
hace presumir que el gobierno de Chávez arrancó sus funciones con estos
objetivos internacionales clara y previamente establecidos desde mucho antes.
Por ahora
Para ser
objetiva, me correspondería hacer la reseña del gobierno de Hugo Chávez y, por
supuesto, del actual, el de Nicolás Maduro, pero como he señalado
anteriormente, esas experiencias están en desarrollo y es bueno esperar un poco
más; aunque es posible que haga un breve balance del mandato del TtCnel
fallecido. Pero, mientras tanto, les recomiendo leer esta interesantísima
entrevista realizada al escritor y analista mexicano Enrique Krauze, publicada
el 23 de diciembre por el diario español ABC.
Posteriormente
publicaremos nuestras interacciones con expresidentes extranjeros, y para estar
en sintonía con la actualidad y con una de las leyes que los diputados de la
nueva Asamblea Nacional han prometido aprobar: la Ley de Repatriación de
Capitales, reseñaré sobre “Los Regalitos de Chávez”. Por ahora, lean y
sorprendánse con las palabras de Krauze:
Krauze: «El
horror chavista que descubriremos no tendrá precedentes»
Entrevista
al escritor mexicano Enrique Krauze: «Haber ungido a Nicolás Maduro, que es de
unas limitaciones abismales, fue uno de los mayores errores cometidos por Hugo
Chávez».
JULIAN DE
DOMINGO EMILI J. BLASCO Madrid - 23/12/2015
El escritor
mexicano Enrique Krauze ha reeditado en España su libro «El poder y el delirio»
(Tusquets), que en su día ya fue una alerta sobre la entraña autoritaria del
chavismo. Muchas de las cosas que anticipaba las estamos viendo ahora. Con
todo, Krauze avisa que aún no se ha revelado por completo el verdadero rostro
del régimen creado por Hugo Chávez. Asegura que el «horror» que descubriremos
con el tiempo «no tendrá precedentes». Krauze se felicita de que España esté
saliendo de la amenaza populista que significaba un Podemos fuerte.
Usted
anunciaba en 2008, cuando publicó la primera edición de su libro, que cada vez
se vería más el verdadero rostro del chavismo. Y hoy estamos viendo
narcotráfico, corrupción, denuncias de vulneración de derechos...
Como
mexicano fui a ver el fenómeno de Venezuela, no por una curiosidad de
científico, sino por una preocupación profunda. Allí vi el germen de un tipo de
dominación política que podía extenderse y hacer un inmenso daño. Pero yo diría
que el verdadero rostro aún no lo conocemos y va a tardar en revelarse. El
horror que iremos descubriendo no tendrá precedentes, por el grado de
corrupción, de descomposición, de destrucción de fuentes económicas, como
PDVSA, y sobre todo de destrucción del tejido social y moral del pueblo
venezolano. Aún así pienso que se podrá reconstruir, con mucho dolor.
¿Habría
colapsado Venezuela igualmente con Hugo Chávez en el poder?
Habría sido
igual, desde luego. Chávez se creía prácticamente un dios, pero no habría
podido impedir el derrumbe de los precios del petróleo. De todos modos, dentro
de su delirio, Chávez tenía elementos de racionalidad y cierto sentido de los
límites. Pueden decirse muchas cosas de él, pero no que le faltara inteligencia
política. A Maduro, en cambio, le falta inteligencia política moral y
emocional. Maduro es de unas limitaciones abismales. Haberle ungido como
sucesor es uno de los mayores errores de Chávez.
¿Cabe un
chavismo sin Chávez?
El chavismo
se está disolviendo ya, aunque no lo está haciendo de forma súbita, sino
paulatina. Yo espero que más temprano que tarde Leopoldo López salga de la
cárcel y que él aglutine a la oposición de una manera inteligente. Si ya
perdieron los venezolanos tantos años, sería bueno que en un periodo razonable,
a través de pasos legales, puedan ir acortando el Gobierno de Maduro.
Bajan los
precios del petróleo y de las materias primas, con lo que muchos gobiernos de
la región no tendrán los ingresos que antes utilizaban para hacer de
«repartidores».
No solo ha
sido una década perdida en Latinoamérica, ha sido una década de retroceso
porque muchos han sido conquistados por el populismo y la demagogia»
«en España
no hay espacio para el virus de la antipolítica, en cualquier caso espero que
España no lo contraiga, porque es un virus letal y destructivo»
Evidentemente
el ascenso de la demagogia en el poder que hemos visto en América Latina en los
primeros quince años del siglo XXI tiene que ver con ese hecho de que el precio
del petróleo y de las materias primas estaban en un altísimo nivel. El pueblo
argentino parece haberse dado cuenta de que tiene que cambiar de rumbo y abrir
los ojos a la realidad. Solo espero que también entienda que eso requerirá
ajustes, en ocasiones dolorosos, porque la realidad duele.
¿Ha sido
una década perdida para muchos países de Latinoamérica?
No solo
eso; ha sido una década de retroceso, porque muchas mentes y muchos corazones
han sido conquistados por esa idea de que se puede vivir sin trabajar y por las
otras muchas promesas del populismo y la demagogia. Es difícil convencer al
votante que tiene esas convicciones. La única forma es el tremendo golpe de la
realidad. En Argentina ha ocurrido y ya está ocurriendo también en Venezuela.
(http://www.abc.es/internacional/abci-krauze-horror-chavista-descubriremos-no-tendra-precedentes-201512231931_noticia.html?ref_m2w=)